Investigación: El Camino de la Lucidez

Inspirado en obras de Consuelo Martín 

y en mis propias investigaciones

  

Para comprender desde la verdad, es preciso contemplar: salirse y observar el proceso mecánico de pensamientos, recuerdos, proyectos, apegos, aversiones y, al salirse de estos mecanismos, sobreviene un silencio psicológico y se vive lo nuevo, la verdad.


Para investigar la verdad, lo que somos, tenemos que salirnos de la mente condicionada, no es pensando que llegamos a la Realidad.


Se trata de mirar como un principiante, observar lo que aparece en y desde la Conciencia, descubrir el pensamiento al observarlo, y comprenderlo desde la mirada de la atención lúcida y desidentificarme de los estados limitados y superficiales de la vida.


No se trata de cambiar un hábito por otro, ni de adquirir nuevas cualidades, ni siquiera de pretender llegar a una deseada realización. Sólo ver con claridad los movimientos de la mente y cómo detrás de ellos, aparece un espacio vacío del que surge la serena lucidez, un instante fuera del tiempo (el tiempo es creación de la mente) donde descubro que soy más allá de las formas pensadas y que no necesito nada porque nada me falta, porque soy completa en esencia, soy lucidez, pura conciencia que se expresa a través de la forma como belleza, como serenidad y armonía. Despertar a una nueva vida, es consecuencia de un nuevo estado de conciencia. La puerta al infinito está en la lucidez.


 

 

APRENDER A CONTEMPLAR

No es necesario marearse con técnicas, el sólo estar Presentes aquí y ahora, hace que la contemplación venga por sí sola, a pesar de uno.


Al contemplar nos damos cuenta que no somos nada de lo que creemos ser y que no somos nada. Aprendemos a ver lo que somos, a Ser. Nos damos cuenta de lo que está sucediendo momento a momento. La verdad brota en el silencio y es siempre nueva.


Si observo los pensamientos, me doy cuenta que primero los veo y después me viene la emoción; no es que esté triste, temerosa…., sino que me ha pasado por la cabeza un pensamiento triste, de temor….: “ha pasado un pensamiento por mi mente, pero yo no soy el pensamiento”.


Recordar que los pensamientos vienen y se van, impermanencia.

Los pensamientos, las emociones, son aspectos de lo físico, de lo mecánico, entonces, porqué voy a identificarme con ellos y vivir todas esas emociones desagradables?. Si quiero Liberarme de las emociones, debo abandonar tanto las positivas como las negativas, si me identifico con las positivas, también lo haré con las negativas.


Para liberarme debo tomar distancia y observar los pensamientos, cualquiera sea su tónica. El verdadero Ser está más allá de los opuestos.

                                     

La Ilusión

Todo lo que existe es energía que funciona en el nivel de las formas exteriores: fenómeno, apariencia, sueño, imagen, maya, Ilusión.


Esa ilusión la crea la mente que construye imágenes a través de lo que perciben los sentidos. Si le doy realidad a los sueños, a la ilusión, entonces no Soy, soy como un fantasma que aparece en el tiempo, y si me identifico con ese fantasma, soy todo lo que sueño: feliz, infeliz, inteligente o torpe, más querido o menos, etc.  Al estar identificado, aparece el conflicto, el malestar, la angustia, la preocupación, y aunque lo tape, está ahí y en algún momento saldrá y lo veré.


Discernimiento

Lo único Real es la Conciencia descubriendo la Verdad, el Darse Cuenta, y viene como consecuencia de la mente contemplativa, así aparece el discernimiento, vemos lo verdadero.


Contemplar es mirar con una mirada inocente, de una manera nueva, libre de emociones y de pensamientos, es mirar sin dar nada por sentado, por sabido, soltando todo lo aprendido, como si mirara por primera vez, olvidando los conocimientos psicológicos y el consenso de opiniones.

A partir de descubrir la Verdad, se irá construyendo mi vida espontáneamente, sin ninguna preocupación, sabiendo cuando algo me permite estar más despierta o cuando algo me atrofia.

 

                   Mente contemplativa-------Darse Cuenta    

                       Observar---Observar-----Observar

                                                                    

 

 

VIVIR EN CONTEMPLACIÓN ES VIVIR LO INFINITO

 

 La mente cree que hay una realidad que es exterior a nosotros, y que es la causa de los problemas y dificultades, la mente está hecha de la materia de los sueños.                  
En realidad, no hay nada separado, puedo vivir desde mi Identidad, desde la Totalidad en el mundo manifestado, expresando lo que soy en Esencia. Para ello, me abro a lo desconocido, a lo no pensado, sin límites. La mente no lo puede entender, pero en ese estado atemporal del aquí y ahora, es donde reside la Lucidez, el Darme Cuenta.

La vida nos va poniendo las lecciones que necesitamos para responder a las preguntas que le hacemos, esas lecciones que muchas veces nos disgustan y a las cuales ofrecemos resistencias, son justo lo que necesitamos para salir del sueño, del engaño, de la ilusión, y acceder a la comprensión.
Para liberarnos, hay que vivir sin apegos, vivir desde el infinito. La ilusión, se puede caer gracias a la Lucidez, que es lo único verdadero. Lo verdadero está siempre aquí y ahora, estoy en ello, y vivo a partir de ello. Soy inteligencia pura, y la contemplación es vida liberada.

 

 

LA AVENTURA DE VIVIR CON LUCIDEZ 

 

Cualquier aventura palidece hasta diluirse comparada con la belleza del despertar a la lucidez.”


Estar lúcida es abandonar la distracción de las imágenes, percepciones de los sentidos, pensamientos, palabras, soltar las creencias, los deseos, los miedos, para conectar con el silencio lúcido, con el darme cuenta de los errores y fantasías de la mente.

 

Estar lúcida es soltar toda forma particular, es no necesitar que las cosas, personas, sean de una manera o de otra, es no esperar un resultado concreto, es hacerme responsable de mi vida sin culpar a los demás, ni a las circunstancias de lo que me sucede.

 

Estar lúcida es estar consciente de la verdad, de que todo es como es, que la felicidad no me la puede dar ni quitar nada del “exterior”, que no puedo cambiar a nadie y que todo lo que me sucede colabora a mi despertar, a mantener la lucidez, y comprender que las cosas no ocurren por azar, que todo esta perfectamente diseñado por una inteligencia superior de la cual formo parte.

 

Estar lúcida es liberarme del sufrimiento, aceptar que en el mundo de las formas todo es dual, esa dualidad forma parte de la vida fenoménica (la mente es la que crea esa dualidad y la proyecta en el mundo), y que soy mucho más que ella.; es desapegarme y comprender la verdad más allá que las situaciones sean favorables o desfavorables (es la mente la que las etiqueta, en sí mismas, las situaciones son neutras), comprendiendo que en todo funciona un orden superior, la inteligencia de la vida, que es la que actúa a través de todo lo que existe.

 

Mediante la lucidez comprendo que soy libertad, amor, paz, alegría, plenitud que no depende de las condiciones externas, soy conciencia, el Ser.

 

La vida es como una película y cada uno de nosotros los actores, cada cual interpreta el papel que le corresponde, la inteligencia superior “asigna” los papeles a cada personaje para que desarrolle su argumento, pero sin confundir que solo estamos interpretando un papel, que no somos el personaje, que somos el actor, el ser, que mi identidad está más allá de los sentidos, de las proyecciones, de lo que sucede en el existir.


Todo lo que me sucede es para ver, descubrir y comprender, todo es adecuado, más allá del “bien” y del “mal”, y todo me abre cada vez más a la lucidez. Una gran aventura: el despertar de la conciencia

 


ESPERAR EN LA PUERTA

 

El proceso de la sabiduría se produce en la profundidad de la conciencia, o sea que la personalidad no se entera.


El reto de la vida contemplativa es mantenerse en la puerta a la espera que esta puerta se abra, manteniendo la atención con gran paciencia, y, paradójicamente es que no estoy en la puerta, que ya estoy dentro; pero, el pensar hace que la puerta se cierre y es importante que no rechace el pensar, sino que observe y comprenda. No es por voluntad que “atravesaré” la puerta.  


Con el darme cuenta la mente gira hacia la luz.


Al contemplar atravesamos silencios, zonas desconocidas de la conciencia, hasta que, llegando a un punto donde no se puede avanzar más, pero teniendo la evidencia que detrás de la puerta encontraré la realidad, ”llamaré y aguardaré” pacientemente, sin distracciones, en la lucidez, sin hacerle caso a la mente, sin esperar nada especial, en pura conciencia; y, por amor la mente recogerá en un foco de luz las energías dispersas y, la puerta se abre , quedaré esperando mientras la luz ilumina el espacio infinito de la conciencia –Atención- La puerta se abre a un estado de paz, claridad, libertad, evidencia, amor y alegría incondicionados, hasta entonces desconocidos. Luego no soy la misma persona, la identidad está en un ámbito no-temporal; aunque siga haciendo las mismas cosas, ya no me creo que las formas son la realidad, ya tengo la evidencia de mi verdadera identidad. Me mantengo despierta en cualquier circunstancia, veo el propósito de mi vida que es mantenerme despierta caminando hacia la luz, y transmitir la verdad descubierta.

 

La Puerta:    la Conciencia, lo Innombrable, lo Desconocido.

                                                

La llamada: la Atención, Quietud Lúcida.

                               

Al cruzarla:  nos encontramos con Nada y con Todo.

  


EL ARTE DE LA CONTEMPLACIÓN


Aprender a contemplar es aprender a vivir, el camino es largo, profundo, infinito.

 

La Realidad no se encuentra afuera, la Realidad puede ser vivenciada en nuestro interior, en nuestra consciencia.

 

 

El gran error es creer que soy un ser separado y entrar en un papel de víctima indefensa, que tengo que buscar que el afuera me de lo que necesito por las buenas, o valiéndome de manipulaciones, del engaño, del ruego, para conseguir que el otro que creo superior a mi, me de lo que necesito.

 

El camino contemplativo comienza cuando la mente ve directamente la esencia, la verdad de las cosas.

 

Contemplar es tomar conciencia de lo que es la Realidad. A partir de contemplar, se comprende la vida y surge la creatividad, la armonía y la belleza al actuar.

 

Contemplar es un movimiento minucioso, cuidadoso y paciente para que se vaya descubriendo lo falso.

 

No se trata de descartar la mente. La mente es útil en su nivel, es como un ordenador que funciona según los programas que tenga instalados. El problema no es que haya pensamientos, sino el apego y la identificación con esos pensamientos.

 

A medida que la mente se va iluminando gracias a la contemplación, se va cayendo el error y comenzamos a vivir por inspiración, revelándose la verdad de las cosas, de la vida, disolviéndose todo lo que no es real, como los conflictos, hábitos perjudiciales, y expresándose el amor, la belleza, la armonía a través nuestro. Una nueva vida fuera del tiempo, en el ahora, conscientes, despiertos.

 

Cuando quiero salir del sueño, la mente se torna contemplativa y comienza a ver la verdad; se trata de profundizar en la conciencia.


 

 TRASCENDER EL PENSAMIENTO


Al investigar nos adentramos en la conciencia trascendiendo el pensamiento, sin suprimirlo, ni controlarlo, sino comprendiéndolo e integrándolo, accedemos a la verdad de manera vivencial.


Cuando comprendemos, vemos los pensamientos como son, sin identificaciones, sin interpretaciones que pueden ser equivocadas, sin crear ningún estado emocional (temor, tristeza, deseo) porque sabemos que el pensamiento es la repetición del pasado proyectado en el futuro, creando miedo por lo ya vivido o deseo para repetir algo agradable en el futuro. En el presente, el instante es nuevo, fresco, vivo real, en el instante no hay pasado, ni futuro, en el instante está la verdad y ésta es anterior al pensamiento.


El pensamiento no es creativo, es repetitivo, pero se puede convertir en un vínculo de creación cuando está alineado con la lucidez y así puede dar forma a intuiciones de la verdad que están más allá del pensamiento. Así es como surge la poesía, las obras de arte, también actitudes, palabras y gestos que se expresan desde este estado de lucidez.

 

La creencia es un pensamiento que tiene la fuerza de la identificación con lo que creo ser y debido a la falta de atención se mantiene en el tiempo, nada tienen que ver con la verdad, que no es temporal, lo real puedo intuirlo y vivirlo en el instante y desde el instante puedo contemplar hacia lo atemporal.

 

La verdadera libertad no se encuentra en teorías, doctrinas, ideologías, ciencias, sino que pasa por la comprensión del pensamiento.   

El tomar conciencia de lo que crea el pensar, hace que nos liberemos de sus efectos, por lo tanto no resolveremos un conflicto analizando por medio del pensamiento sino, apelando a la lucidez que nos dará la comprensión del pensamiento.

 

 

El Arte de Contemplar es el Arte del Ser

LA LLAMADA DEL SER


El Ser está tapado por ilusiones, imágenes, sentimientos y pensamientos de lo que creemos ser, y por esta identificación con lo ilusorio, pensamos que nos falta algo.


La mente divide la realidad en dos (dualidad): el observador y lo observado. Para que caigan los velos de la ilusión y evidenciar el Ser, hay que contemplar directamente lo que somos. A través de la investigación de lo que anhelamos profundamente, podemos ir al lugar de donde proviene el anhelo, porque ese anhelo es una llamada del Ser y viene de los valores básicos del Ser: verdad, bondad, belleza.


Si observo el deseo, comprenderé que es un reflejo de algún valor primordial del Ser que me está llamando a ser vivenciado. Los deseos no se terminan de saciar en el mundo de las formas, es conectando con la fuente del deseo, con lo que ya soy, que puedo colmarme.


Al contemplar una necesidad, un deseo, puedo preguntarme porqué esa necesidad, ese deseo, si ya en el Ser soy completa, y puedo saborear, contemplar directamente en la fuente en cualquier momento. Al contemplar los valores básicos del Ser (amor, belleza, lucidez) vuelvo a darles la fuerza que le había quitado depositándola en otras personas y situaciones externas, y comprendo que todo está en mí y contemplo directamente aquello que me está llamando desde tantos reflejos.


La verdadera inteligencia es comprender, ampliar la conciencia y llegar a descubrir que no tiene límites. Al comprender surge la acción adecuada, espontánea, creativa y que no surge de lo que alguien me diga que tengo que hacer, sino que surge de mi comprensión, de manera espontánea y se trata del Ser expresándose.

 

 

CLAVES DEL CAMINO:


* Contemplar la verdad, lo real, lo auténtico.

* Nada negativo es verdadero.

* Nadie es culpable de nada, sólo hay visión errónea.

* Anhelar los valores primordiales (amor, belleza, verdad).

* Comprensión de todo lo que se me presente, para ello buscar el

   silencio externo, pero principalmente el silencio interno, aquietar

   la mente.

 


Despertar de los sueños

 

Mientras vivimos en el sueño de la identificación, nos valemos de los sentidos físicos para percibir de manera limitada lo Real.


Nuestra existencia se arma con recuerdos del pasado, experiencias que hemos tenido, deseos , temores… vivimos atrapados en el tiempo, sin permitirnos funcionar naturalmente, perdiéndonos valiosos mensajes de nuestro cuerpo por no estar atentos, en el presente, en el ahora.


Vivimos de una manera mecánica, condicionada, y todo lo complicamos actuando compulsivamente, de manera reactiva, y creemos que eso es la realidad.


Mientras estoy identificado con lo que creo ser, no puedo elegir las respuestas más adecuadas, saludables a la situación porque sale lo automático, lo impulsivo, lo mecánico, por la fuerza del condicionamiento; y es que el pasado está tiñendo el presente, proyectándose en un futuro ilusorio, supuestamente mejor…

 

Todo cambia cuando suelto el tiempo psicológico y me instalo en el presente, viviendo momento a momento, vigilando, observando lo que pasa en mi mente y soltándolo. Observando los mecanismos reactivos que se ponen en marcha ante los estímulos externos, dándome cuenta que sólo son programas con los que venimos funcionado durante muchos años …


Al despertar, expresamos en muestra vida los valores del ser surgiendo la acción de manera espontánea, inspirada ( no teñida por las emociones y pensamientos que se mueven en la superficie) independientemente de lo que acontezca, en una actitud contemplativa.


El despertar nos lleva a mirar la verdad directamente, descubriendo la inteligencia, la belleza, la energía y el amor que soy, la Realidad, ese potencial en vías de actualización, atestiguando todo lo que acontece desde la conciencia.

 

Una vez descubierta la Verdad, debo mantenerme allí donde la he visto, si quiero que ilumine mi vida, como un faro que alumbra el camino del navegante en la oscuridad del océano.

Cuando me despisto, me distraigo, se trata de observar esa distracción y volver a la contemplación con una actitud amorosa, para ello debo de tener una vocación por vivir desde la verdad y estar “vigilante” para darme cuenta. Mantenerme atenta a la luz que soy en lo profundo.

 

Luego que se va haciendo el camino, ese estado de lucidez se mantiene sin esfuerzo, lo mantiene la luz, y, al estar despierta, más lucidez, paz, alegría, espontaneidad y amor sin causa sentiré.

Para despertar a la Verdad es imprescindible hacer silencio de lo pensado, sentido, soñado, imaginado; un camino de soledad y silencio hacia el sí mismo, adentrándose en la aventura del descubrir.


Lo que nos separa de la Realidad es la mente entretenida con sus imaginaciones y sueños, se trata entonces de “girar” la mente y mirar hacia adentro, hacia la luz, y a partir de esa mirada despierta, el amor surge espontáneo inevitablemente.

 

 

Contemplar lo Real es vía directa a la Realización


La Realización es tomar conciencia de “lo que es”, darse cuenta, y es instantánea, en el aquí y ahora. Nos valemos de la investigación que es un estado de contemplación, y nos conduce a la Realización.

 

 

 Profundizamos en la conciencia manteniéndonos despiertos, vigilantes, en un estado de conciencia no-dual que es anterior al Pensamiento.

 

No sirve intentarlo con técnicas, métodos, teorías, aunque todo lo vivido aparece para ser comprendido, y toda la vida es un despliegue para poder conectar con lo Real, ya que estamos inmersos en la Realidad, y es la base de la conciencia. Aunque no me de cuenta de algo, la conciencia permanece tanto en la vigilia, como en el sueño.

 

Vivimos y nos movemos en la conciencia, en lo Real; la dualidad tiene como base la conciencia unitaria, que está más allá de la dualidad y la sostiene. Todo aparece y desaparece en la conciencia, que es lo único que no cambia.

 

Lo que llamamos realidad objetiva, es relativa, se trata de formas temporales que aparecen y desaparecen, que se relacionan entre si de manera causal, un sueño de la mente que, la inteligencia de la vida nos presenta para ir evolucionando por medio de experiencias, situaciones…

 

 

A LA REALIZACIÓN PODEMOS LLEGAR POR DOS VÍAS:

 

  • VÍA INDIRECTA: cuando tengo una experiencia, no soy capaz de distinguir entre “lo que es” y lo aparente; de todas maneras, cualquier experiencia me lleva a una cierta realización, aunque sea inconsciente.
  • VÍA DIRECTA: cuando ya no busco la realidad en los objetos de la conciencia (pensados, imaginados) y me quedo contemplando lo que sucede y la fuente u origen desde donde surge: esto es sabiduría .

 

Es la chispa luminosa de lo divino dentro nuestro la que nos impulsa a realizarnos. Sólo basta con contemplar, sin esfuerzo, sin modificar nada, sin estudios ni sacrificios…Se trata de “girar” la mente hacia el interior y contemplar para ver con claridad, saliéndome del tiempo, dándome cuenta de lo que soy.

 

 

 

Contemplar es romper los límites

Todo lo que acepto como real en mi mente está creando mi vida, como si se tratara de un juego de magia, la mente fabrica ilusiones y creencias, pura imaginación.


Para descubrir lo que es, hay que salirse de la mente, salirse del juego de opuestos, de la huida del dolor y la búsqueda del placer; de esta manera se termina el malestar, el sufrimiento, el engaño.


Se trata de investigar la realidad de manera holística: en cada cosa está el todo, abrirse a la inteligencia viendo por discernimiento. Contemplar la verdad y mantenerse en ella.

 

Es conveniente investigar por sí mismo, sin obedecer a una autoridad externa, que en algún momento resulta limitante. Se trata de mirar el pensamiento y ver de qué está hecho, seguir la intuición y profundizar en la conciencia.

 

Si estoy en contemplación, cesan las preocupaciones del personaje, siento amor por lo verdadero y auténtico de las personas y no por la personalidad con que funcionan o se expresan, pierde importancia lo pasajero.

 

Lo que soy se satisface con lo ilimitado. La persona es limitada, pero lo que soy en esencia, no tiene límites. El Ser es amor, no separación, unidad; y ese amor no es inseparable de la vida, nada es excluido, hay libertad, espontaneidad, plenitud, belleza. Los límites creados por el pensamiento se rompen con el amor que somos. Cuando contemplo el amor en sí mismo, soy bondad, inteligencia, totalidad y plenitud sin límites.

 


 

Comprender Despierto

El mundo en el que vivimos es irreal, es una ilusión, es relativo, interpretado por nuestra mente condicionada con la cual podemos conocer las cosas por medio de los sentidos físicos, que son muy limitados, podemos relacionar datos, comparar, negar, afirmar, guardar información, podemos entender, pero no podemos con ella comprender lo que es la vida. No podemos comprender el porqué nos apegamos, identificamos a nuestras emociones, pensamientos, por qué sufrimos……y es que nuestros instrumentos sensoriales no están capacitados para poder captar la Realidad.

 

Para poder comprender la Realidad, debemos estar en otro estado de conciencia, “salirse” de los mecanismos de la mente y retrotraerse hacia el foco luminoso que está creando todo, desde donde surge todo, porque esa luz es comprensión y puedo acceder a ella por medio de la contemplación, surgiendo un estado de lucidez, comprensión profunda, Realidad, que se expresa a través de nuestro psiquismo personal como una plenitud sin causa, una alegría que no depende de nada, “alegría sin objeto”.

 

Al comprender por inspiración, despierto del sueño y trasciendo los pensamientos, emociones, la ilusión, comprendo la vida y voy integrando todo lo que sucede en una totalidad luminosa. Soy lo que comprendo.

 

Al comprender se disuelven las dudas, temores, miedos, angustias, preocupaciones y aparece la plenitud, la paz, el amor, la alegría. Mi identidad se amplía hasta la totalidad, sin límites, sin apegos, sin dependencias.

 

  Se pueden considerar tres etapas para este proceso, estas etapas solo existen en nuestra mente, porque esa luz, el Ser, ya lo somos:

 

  • INTUIR lo que somos que es más grande y abarca nuestra personalidad condicionada.
  • CONTEMPLAR lo que intuyo que es la Realidad, ese contemplar incluye el Ver eso que está más allá de lo que creo ser yo mismo; si tengo deseos, aspiraciones, ver de dónde surgen; contemplar lo que se me presenta al vivir, de dónde está surgiendo, y al contemplarlo, sentir eso mayor que yo, eso que intuyo que está presente más allá de mi noción actual de mí, ese amor, esa alegría sin causa, esa plenitud y como consecuencia de esto: querer asumirlo.
  • ASUMIR  esto que he visto y contemplado, unificarme con lo Real, con lo que soy y funcionar desde ahí, expresarme desde ahí a través de mis instrumentos (psico/cuerpo).

 

No se trata de razonamientos, ni de teorías, sino de un estado de contemplación en el que esta zona nueva de la conciencia contempla.

 

Yo sólo puedo llegar a vivir lo que soy, cuando lo he visto, contemplado, comprendido y me reconozco y unifico con ello, es un proceso de asimilación interior, sin tener que forzar nada.

 

 

Sabiduría en el vivir

 

Para profundizar en la conciencia debo aprender a mantener la mente en la lucidez que me permite ver la Realidad, soltando cualquier dependencia religiosa, científica, de lo que sea, y luego intercambiar y animarnos unos con otros.

 

 

Cuando nos abrimos a la sabiduría, nos sentimos felices y extraños, incomprendidos, pasamos desapercibidos y hacemos cosas diferentes a las que hacen los demás, a veces hasta parece que estamos locos.

 

Entramos en el “camino de la sabiduría” cuando sentimos esa demanda interna, esa intuición que viene del anhelo de ser lo que somos y entonces, comenzamos a vivir sin dependencias, buscando la comprensión de lo que vivimos, y todo luce como a estrenar, nuevo, ya que soltamos el pasado y el futuro, no le damos importancia, al comprender que sólo son imaginaciones de nuestra mente.

 

Captamos lo inasible, lo instantáneo, algo que el pensamiento no puede hacer, nacemos a cada instante, la vida se transforma, ya no dependemos de las situaciones, ni de las personas, nos sentimos completos, luminosos y no buscamos solucionar afuera los problemas de la personalidad, sino que ante ellos, observamos, nos mantenemos atentos, despiertos en el darnos cuenta de la inteligencia que se mueve detrás de las situaciones problemáticas. Nos abrimos a nosotros mismos desde lo profundo de nuestro Ser.

 

 

SABIDURÍA:

Es descubrir lo-que-es, dejar caer el velo de la ilusión de lo que creía ser y descubrir la verdad de la vida en mi propia conciencia. Darme cuenta, saber que el tiempo no existe, y vivir desde mi conciencia, desbaratando todo lo que me ata a las formas como son los pensamientos, las creencias, condicionamientos, y sabiendo que no puedo resolver nada en el afuera.

 

Al ver las apariencias y quedarme en lo Real, surge un silencio de la mente y se reemplaza el mundo de lo psicológica por el mundo de la sabiduría, lo psicológico pierde la fuerza, la importancia que antes le daba, y al darme cuenta de que lo que aparece en el mundo psicológico no es lo-que-es, cae por sí mismo, y lo que desaparece por sabiduría no vuelve más.

 

 

PARA SILENCIAR LA MENTE:

  • Me quedo en una actitud serena de quietud, lucidez. Cuando viene un recuerdo del pasado, no le doy vida, no le doy realidad, lo dejo “pasar”; tampoco le doy realidad a los planes que hago para el futuro, no me apego a un resultado determinado.
  • Contemplo la vida silenciosamente.
  • Observo cómo está colocada mi mente, a qué le doy realidad, si a lo psicológico o a lo Real, Conciencia, observo hacia dónde está dirigida mi atención.

  

 

Amor y Libertad

 

 Una idea equivocada que se suele tener es que libertad es hacer “lo que a uno le venga en gana”, pero la libertad no tiene que ver con ello, pues no es algo de la mente pensante, sino que la libertad tiene que ver con un estado más allá de la mente, donde podemos sentir el amor y la libertad en toda su pureza. Para ello, hay que investigar, observar profundamente nuestras experiencias, nuestras motivaciones, indagar desde dónde brotan las intuiciones y la comprensión donde todo “encaja”, llegar a la fuente de donde todo está surgiendo.

 

  La mente concreta, con su lógica nos es útil como lo es un ordenador, es un instrumento con el cual podemos organizar ideas, manejar datos, comparar, analizar, etc., pero no es para nada creativa, porque su manera de funcionar es mecánica, automática, reactiva, nace de reglas impuestas; para alcanzar la comprensión, la libertad, debo trascender el pensamiento y llegar a vivenciar la “no separación”, conectar con la mente que intuye, sobrepasando la lógica.

 

La libertad es el Ser mismo: yo soy yo mismo la libertad que busco.

 

  No se trata de “acabar” con el pensamiento, ni descartar los sentimientos, sensaciones biológicas (sentir frío, calor, placer, dolor, etc.) sino más bien verlos como instrumentos que nos ayudan a expresar lo que somos. El problema no es que haya pensamientos, emociones, el problema surge de la identificación con estos hábitos de pensar y sentir y la continuidad que les damos en el tiempo, creyendo ser lo que no somos; en esencia no somos nada de lo que cambia, nada de lo que aparece y desaparece es real.

 

  Mientras hay relación de una cosa con otra, no hay libertad, sino dependencia. Por ello hay que investigar y trascender los opuestos, la dualidad, ya que la libertad verdadera sólo puede vivirse en la unidad del amor, abriéndose a lo total, a un estado de no separatividad.

 

  En las relaciones de pareja, en general se habla de amor, cuando lo que se suele vivir es más bien necesidad.

Si indago y descubro el Amor que “nada necesita”, el amor sin apegos significa que ya he atravesado por la división y la necesidad de otro, y me habré dado cuenta de la unidad, y allí reside la Libertad, la Lucidez.

 

                               Ser libres es aprender a Ser.

 

  En la libertad no hay una entidad que diga “yo experimento la libertad”, en el tiempo no hay libertad y el yo pertenece al tiempo.

  El verdadero aprender y enseñar es siempre un descubrir.

  La oportunidad máxima para la libertad es el instante presente.

 


Amor y amor

 

   Solemos confundir el amor con un sentimiento acompañado por celos, temor, competencia, exigencia, posesión, rencor, envidia, rutina, temor a perderlo…Se trata de emociones pasajeras, que cambian provocando dolor, sentimentalismo y que buscan compensar necesidades físicas, mentales y afectivas (carencias, necesidad de proteger o de ser protegido, compañerismo, solidaridad, etc.) y que nos frustran cuando no se corresponden a nuestra idealización, fantasías de cómo debiera o quisiera que la otra persona sea o se comporte, toda una actitud infantil; y todo ello funciona así porque vivimos en la ilusión de la separación, nos creemos separados del otro y creemos que el amor viene de la otra persona, sea pareja, hijo, amigo, hermano, quien sea, con lo cual estamos buscando alguien que satisfaga esas necesidades, deseos, alguien que me quiera y a quien querer, alguien que me complete; y todas esas ideas ilusorias, erróneas de la mente, hacen que impida el surgimiento del Amor.

 

  Entonces es necesario purificar la mente cual un alquimista, aprender a Amar, así con mayúsculas, y para ello hay que contemplar lo que somos, porque el Amor, ya lo somos, es nuestra esencia, naturaleza, lo real, lo que no cambia.

 

 

 LA FELICIDAD QUE SOMOS

  La felicidad la soy, el Ser es felicidad, esa felicidad está dentro de mí y me empuja a vivir a movilizar mis energías y a descubrir lo que ya soy.

 

  En general el ser humano busca la felicidad afuera, espera conseguir determinados logros, que se den determinadas situaciones, encontrar un compañero ideal, un trabajo ideal, modificar la situación externa para que se ajuste a los deseos y conseguir la preciada felicidad….Cuando sentimos felicidad por un acontecimiento externo, queremos que no cambie, y esto es algo imposible, porque estamos en la mente y esta es temporal, sujeta al cambio, a la impermanencia, a la dualidad, por lo tanto, no podemos llenar el vacío interno de esta manera…y caemos en la desilusión, porque la realidad externa es un reflejo de mi conciencia, de cómo me vivo internamente, más bien se trata de observar, contemplar y reflexionar, y la lucidez irá haciendo el camino de la felicidad, al ver que la plenitud está en la Realidad que soy; allí en lo profundo soy luz, alegría sin causa, felicidad, amor. Sólo puedo “llenarme” en lo incondicionado, en lo inmenso. Y nada, ni nadie puede darme ni quitarme la felicidad que soy. Soy la fuente ilimitada de felicidad. Todo brota del amor divino. Sentir unidad es Amor. “El gozo de jugar a lo múltiple siendo uno”.

 

  Al reconciliar los opuestos desaparece la inquietud.

  Así es que aprender a ser feliz no pasa por tratar con el otro, no tiene que ver con situaciones ajenas a mí, sino que pasa por aprender a profundizar en la conciencia. Aunque me equivoque muchas veces, cuando comprendo, veo claro y descubro el amor, la libertad, entro en otra dimensión libre del condicionamiento del pensar.

  Lo que me hace sufrir es lo que pienso de la realidad, no la realidad misma, la cual desconozco.

 

  Para comenzar se puede colocar la mente de manera que se adecue a la realidad hasta que se haga una con ella.

  El liberarme de una manera de ver, produce instantáneamente una apertura en la vida y la irrupción del amor.

  Y me encontraré totalmente libre cuando deje de suponer que no puedo ser feliz mientras otras personas no me quieran, cuando deje de exigirle amor a los demás y viva directamente la felicidad allí donde está, en mi profundidad, y esto generará un ambiente impregnado como cuando una flor se abre y perfuma su entorno, entonces surge la libertad.

 


Contemplación del Amor mismo

 

 Cuando estoy en el personaje, vivo un amor limitado que se expresa en objetos de amor, con sus consecuencias de apego, necesidad, etc. Pero cuando no me pongo ningún objeto de amor, puedo contemplar al amor mismo.

 

  Si estoy centrada en mí que amo, el amor es menos puro, si trasciendo ese yo que ama, la fuerza del amor se expresa en su totalidad.

 

  La mente es la que separa al que ama del amado, y el amor así se torna egocéntrico, pero si suelto al que ama y al amado, surge la unidad en el Amor total como una expresión a través de ambos.

 

  Al presentir el amor en mí, brota espontáneamente, y se expresa en todas las cosas y con todas las personas.

 

  No hay técnicas, ni guías, se da con el interés en ver,  se da con la contemplación en uno mismo, en el “lugar” desde donde está surgiendo, soltando todo lo demás, las ideas, pensamientos, sentimientos, amado y amador…

  Contemplar es más que mirar, es mirar “enamorado de lo que se mira”. 

 

  Cuando te das cuenta de tu anhelo de amor y lo contemplas, el amor te eleva de lo humano a lo esencial, de la dualidad a la unidad.

 

 

Mas allá del placer y del dolor

 

 Mientras vivamos en la mente, buscando el placer y huyendo del dolor, pasamos de una ilusión a otra, nos movemos en el juego de los opuestos con las leyes de causa y efecto, después del placer, vendrá el dolor, con una cuota de sufrimiento. Pero si me detengo a observar todos estos juegos mentales, lograré desapegarme y darme cuenta que existen zonas más profundas, podré soltar el pasado con sus condicionamientos.

  La libertad, lo sagrado, lo espontáneo está más allá de lo relativo, condicionado y causal..

 

  Suponiendo que el ser humano llegara a conseguir cumplir todos sus deseos, necesidades, expectativas, etc., seguiría sintiendo en su interior una carencia que lo impulsa al anhelo de infinitud.

 

  El presentimiento, la intuición de que hay algo más allá del placer y del dolor, nos induce a abrir la puerta de lo desconocido. Nos impulsa la necesidad de vivir en libertad, atravesando el miedo inicial que surge durante algún tiempo.

 

  Ese trascender el dolor y el placer, significa que lo concreto se vive en una proporción justa y saludable, pues no se trata de negar el placer o el dolor, ni sustituirlos, se vivirá lo que sea más adecuado en cada momento, ya sea a nivel psicológico como fisiológico; y se vive una plenitud independientemente de que la situación sea agradable o desagradable.

 

  Sólo la comprensión del placer/dolor nos conduce a la sabiduría, y al comprender los opuestos, surge la belleza, se vive sereno, sin apegos, más bien en la aceptación por comprensión. Y si es necesario protestar ante una injusticia o promover lo justo dentro de lo relativo, esto no producirá angustias, ni desbordamientos emocionales.

 

 

Abrir la puerta del Discernimiento

 

  Para ir más allá del placer y del dolor, debo dejar espacio al discernimiento, que es la capacidad de la mente iluminada.

  La puerta de transpersonal se abre con la lucidez, el darme cuenta en dirección al infinito, una apertura que debe ser amplia.

  La lucidez implica contemplación que surge del anhelo de los valores del ser: belleza, verdad, amor.

  Todos los desengaños opuestos del placer y del dolor, son una llamada de lo Real. Cuando la puerta está abierta, el discernimiento y la lucidez irrumpen en la conciencia.

 

 

LO IMPREVISIBLE

  Cuando la persona se despierta y vive la realidad desde la verdad, su conducta es imprevisible, porque no es reactiva, sino que sus respuestas son frescas, nuevas, de acorde a los valores esenciales, son creativas, abiertas al momento, sin la carga del pasado, ni de una consecuencia futura.

 

  En la investigación, no hay opiniones, sólo se ve la verdad o, no se ve; la mente se detiene cuando está iluminada. Desaparecen las grabaciones de lo que está bien o mal, de los deberías y las culpas; más bien se está en una actitud serena, donde el actuar no es ni bueno ni malo, es espontáneo, libre, armonioso, impredecible, porque surge del Amor y la unidad.

 

  Sólo la libertad reconoce la libertad, no la imaginación de la libertad.

 

 

Más allá del Bien y del Mal

 

  Para ir más allá del bien y del mal debemos desprendernos del pensar, al soltar todo el montaje de la mente se amplía la visión, la conciencia.

  Desde la autenticidad de la conciencia, desde la contemplación de lo  verdadero, el ser humano llega a la integración.

  La vida no se descubre por cálculos, ni razonamientos, ni juicios de la mente concreta, sino que se descubre por inspiración.

  Por medio del discernimiento, comprendemos nuestra tendencia al bien, y al contemplarla, somos el bien mismo.          

 

 

 DESOCUPAR LA MENTE

  El amor es un estado del ser, como vimos, para descubrirlo hay que ir mas allá de la mente.

  La investigación sobre el Amor incondicionado, no la hace el personaje, ya que está más ocupado por cómo lo ven los demás, cómo sentirse mejor, cómo tener éxito, etc. pues para este personaje, el amor sin condiciones no existe, está viviendo en los opuestos, en la causalidad….

 

  Pero si observamos con inteligencia, descubrimos el Amor en la autenticidad de “lo que es” en cada instante. No hay amante ni amado, sólo Amor. Los objetos aparecen en el Amor, son motivos temporales de ese Amor, estado real de unidad.

 

  En el Amor incondicionado, no cabe deseo, hay libertad total, y este es un nivel más allá de la persona; al descender a los niveles personales surge la necesidad de protección física, casa, alimento, afecto, etc., entonces, tendré que observar que tengo que ver con esa persona que por un tiempo se me ha presentado para aprender en mi existir….

  A través de mi instrumento, descubro lo real, pero durante un tiempo me creo ser ese personaje separado de los otros y viviendo un drama en torno a ello.

 


Amor sin tiempo ni forma

 

  El tiempo es creación del pensamiento.

  He de descubrir el darme cuenta silencioso de mí mismo, contemplar la totalidad que se fragmenta en el pensamiento, pero continúa intacta en lo real.

 

  Cuando descubro qué es el Amor, pierdo interés por conseguirlo, por dominar, por querer u odiar, no hay culpas, remordimientos, ni buenos propósitos, nada para cambiar, ni para perdonar. El Amor brota de la libertad del ser.

  No existen defectos ni cualidades, cada ser humano actúa según su comprensión, su nivel evolutivo, por lo tanto no tiene sentido intentar ser diferentes, mejores, que nos ajustemos a normas externas, porque siempre saldrá la acción que se corresponda con nuestra visión.

 

  Libertad es centrarse sólo en el Amor, y así el amante y el amado se interrelacionan, el Amor se expresa a través de ellos y se sienten libres en esa plenitud.

 

  El Amor es eterno, es cuando me identifico con un objeto amado, cuando desconecto de esa eternidad.

 


Amor y Libertad II

 

  Para desapegarme de lo ilusorio, debo descubrir lo Real. No lograré desapegarme del amor mediante la voluntad, cualquier esfuerzo y buenas intensiones para lograrlo es mera fantasía.

  He de descubrir y contemplar la Totalidad que se fragmenta en el pensamiento, pero que continúa intacta en lo Real.

 

 En la ilusión, amo a la persona creyendo que ese amor se terminará, que me desengañaré, porque me desconecto de la eternidad al estar identificado con el objeto amado.

   El amor es eterno y puro en su origen, sin temores, ni deseos, pero para conectar con ese amor, he de soltar las ideas erróneas. Una mente inocente es libre y no puede ser tocada por nada. Cuanto más sabiduría, más inocencia. Cuando descubro lo que es el Amor, ya no tengo interés por conseguirlo, por dominar, querer, odiar, no hay culpa, no hay remordimiento, ni buenas intenciones; nada a cambiar ni a perdonar.

 

  Cuando dependo de un objeto de amor, en algún momento me desilusiono, y al caer una ilusión, se abre un espacio de luz y en esa amplitud luminosa está el amor. No hay un método para mantener la lucidez. En cada cosa que vivimos está el Todo (Consciencia Divina) y la parte.

   Esa Consciencia Divina, es Sagrada, se vive como amor incondicional, respeto y asombro.

 

 Lo que llamamos defectos y cualidades, no existen, porque se comprende que cada quien actúa según su comprensión, su desarrollo evolutivo. Y no se trata de cambiar para “ser mejor”, ni de ajustarse a normas morales, ni de ningún tipo, que crearán más conflicto. En realidad nuestra acción, siempre se ajustará a nuestra visión, por ello el cambio externo no tiene mucho sentido si no cambio mi visión interna, por comprensión.

 

  El apego, la dependencia se producen por el miedo y el deseo de conseguir lo que ya somos en esencia.

El Amor brota de la libertad del Ser, y esa libertad se manifiesta centrándose únicamente en el Amor, dejando a un lado al que ama y a la persona amada.

 

   El amor imaginario nos ata, el verdadero amor nos libera.

 


 

Ser Libertad

Todo está hecho de Amor

 

  Vivimos en la ilusión de que somos libres para elegir y realizar determinadas acciones en la vida, si lo miramos con interés y atención, veremos que en realidad, desde muy niños estamos condicionados, programados para funcionar de una determinada manera. Si lo vemos a nivel biológico, venimos con cierta carga genética, a la que hay que sumar una carga cultural, una educación, unos modelos a cumplir para encajar en la familia, en la sociedad; un verdadero programa que inconscientemente cumplimos como lo haría una computadora; hay una química que sustenta estados emocionales que se corresponden con patrones mentales, pensamientos…con lo cual no somos realmente libres al funcionar mientras lo hagamos basados en nuestros impulsos y reacciones biológicas, mentales, emocionales.

 

  Una ilusión básica es la separación entre el yo (quien creo que soy) y el no- yo (el mundo, los demás), al creerme separado, el “no yo” se opone a mi supuesta libertad, a un yo que defiendo. Esta separación es aparente, y se da en un nivel superficial, pues en la conciencia, tal separación no existe; en la conciencia somos unidad, y sólo lo descubro profundizando, investigando con sinceridad en la conciencia. Y para ello, debo atravesar el campo mental que es donde se bifurca lo uno en lo múltiple.

 

   La verdadera libertad viene de una toma de conciencia de lo que es verdadero, que no depende de conseguir un objetivo; la libertad no existe en el mundo fenoménico que es relativo, para esta toma de conciencia hay que vaciar los deseos e ilusiones de la mente que piensa, la mente es temporal e imagina una libertad en acciones futuras…. pues la verdadera libertad brota de soltar todo esto erróneo, la ilusión; la libertad está más allá del tiempo, esta en el instante no pensado.

 

  El problema al comenzar a observar es el creer que si soltamos el tiempo, la mente, con sus deseos y sus temores, ambiciones y dependencias afectivas, perderemos nuestra identidad (ilusoria), y por ello preferimos no ser libres.

  Sólo indagando sinceramente, cuidadosamente, con la mente contemplativa, descubrimos que la identidad real no puede perderse porque es atemporal, ilimitada, allí hay unidad, somos hijo, padre, madre, amigo, el que ama y el amado…; y en esa unidad, surge el Amor, que es expresión de la verdadera libertad de ser.

 

  Todo en la vida esta hecho de relaciones inteligentes, así lo confirma la física cuántica, ninguna relación separada se puede mantener por sí misma sin las demás; lo único que no puede cambiar en el mundo relativo es la atracción a la unidad, lo único verdadero.

  Si lo miro con interés, me daré cuenta que todos mis deseos, anhelos que busco afuera, están hechos de amor; el anhelo de belleza, de inteligencia, de fuerza, al principio los proyecto consiguiendo objetos bellos, personas que me den amor, información, estudios que me proporcione inteligencia, busco que el afuera me de lo que necesito, más tarde o temprano caeré en el desengaño, la desilusión, y al ver que no es el afuera quien sacie mis anhelos, comenzaré a mirar hacia adentro, y allí es donde iré encontrando la plenitud que soy, la unidad profunda que soy.

 


Amor consciente y amor inconsciente

 

  El amor inconsciente nos da felicidad pero también sufrimiento, en este amor padecemos dolor, frustración, infidelidad, miedo, apego. Pero en realidad, lo que nos hace sufrir no es el amor en sí mismo, sino las ideas erróneas, las ilusiones y las expectativas que tenemos de la relación, que queremos que sea de una determinada manera y, cuando no corresponde a nuestra idealización, entonces sufrimos.

 

  El amor consciente lo descubrimos mediante la investigación de lo que somos en realidad, donde no hay opuestos, dualidad. El amor que brota del ser es alegría incondicionada, que no depende de nada exterior, es nuestra fuente, nuestra identidad esencial, y el “camino” hacia ella es el mero hecho de darse cuenta.

 

El amor nos atrae desde la unidad del fondo, nos conduce a nuestra esencia.

 

 

Intuir el Amor Eterno

  El amor duele cuando creemos que depende de las formas, pero cuando descubro el amor dentro de mi, como un estado del ser, ya no me importa que las personas cambien, que el objeto bello desparezca o pierda su belleza, que las cosas aparezcan o desaparezcan en el tiempo….

  Al ser consciente del amor en mí mismo, puedo vivirlo en sus variadas formas, porque todo es expresión de ese amor que soy, el amor esta fuera del tiempo, es eterno, lo que nos ata no es el amor, sino el no comprender el amor, porque lo buscamos afuera de nosotros en vez de girarnos hacia dentro, donde se encuentra, desde donde está surgiendo, al intuirlo primero y luego contemplarlo allí donde está, nos conduce a la libertad. Ese contemplar es permanecer en silencio de pensamientos (no necesariamente de palabras) para que penetre en mí la verdad. Al dejar de buscar lo imaginario (fantaseando, dudando, calculando, manipulando al otro, desconfiando….) como un personaje que creo ser separado de los demás, cuando intuyo, siento y vislumbro que no hay separación, comienza el camino del amor, transformándose las relaciones afectivas; las actitudes negativas se trasforman en positivas, y surge la armonía entre las personas, todo es una unidad. Nada del afuera puede quitarnos la libertad, lo permanente, la alegría ni el amor que somos.

 


Aventurarse a ser libres

  

  Tenemos miedo a lo desconocido por ignorar la realidad, ignorar significa vivir desde un modelo basado en las costumbres personales y sociales, llegando a una vida frustrada, mecánica, porque aunque parezca que estamos bien, hay una insatisfacción de base; solemos racionalizar el malestar echando la culpa al afuera ( la pareja, la falta de un trabajo ideal, falta de placer, información, de vacaciones, bienes materiales, etc…), intentamos imitar a los otros por la angustia de sentirnos desaprobados y solos, sin darnos cuenta que el aislamiento lo produce la misma dependencia. Y esto se puede resolver con una investigación sincera, donde descubrimos que el descontento se debe a que desconocemos nuestra verdadera identidad profunda desde donde brota la libertad.  

  Mientras seguimos en las ideas de libertad, dependemos de esquemas y paradigmas del pasado, las opiniones dependen de nuestros estados emocionales, la seguridad la proyectamos en lo económico, afectivo, familiar, pero lo que pertenece al tiempo nunca nos dará seguridad.

 

  La inteligencia que está detrás del pensamiento es pura luz y puede ver en un instante lo real.

 

 

Aceptación y rebeldía

  Hemos de diferenciar conformarme con aceptar. Al conformarme acepto unas cosas para obtener otras, y ahí no hay libertad.

  Hay aceptación cuando no hay compulsión hacia los objetos de deseo y puedo vivir feliz en cualquier situación que se presente, no por conformarme, sino por haber descubierto la libertad que soy, y que no estoy separado del otro, haber descubierto mi identidad.

  No es libre quien se afirma aceptando patrones de conductas del pasado, como seguidores de otros. El revolucionario es un seguidor de sus propias ideas, contrarias a las de otros, sin seguir a nada ni a nadie. El camino a la libertad pasa por la reflexión en soledad (no descartar la capacidad reflexiva de la mente), observar silencioso sin miedos, ni hábitos que llevan a mirar las cosas siempre de la misma manera, un observar limpio e inocente, transparente, sin intenciones de llegar a ningún lado.

 

  Mientras piense como una persona separada siempre estaré coartado por lo externo y no seré libre.

 

 

No hay verdadero Amor sin Libertad

 

  La libertad no es hacer lo que queramos sin entender porqué lo hacemos, sin saber de dónde me viene ese deseo, esto provoca frustración y la idea de que la libertad es un ideal inalcanzable. Y es que la libertad he de verla en la investigación de la conciencia, donde no hay límites. Investigar no es adquirir más conocimientos, sino una renovación para llegar a lo que se investiga. Es descubrir la verdad para instantáneamente serla.

  Lo primero a ver a nivel mental es que lo que deseamos no es nuestro, son ideas heredadas que vamos conservando sin observarlas, creencias semi-inconscientes.

  A nivel biológico hay una programación donde los impulsos están grabados en nuestras células, hay leyes que nos impulsan a saciar el hambre, la sed, a la atracción sexual, a protegernos del frío, del calor, y que no nos conducen a la libertad una vez satisfechas.

  A nivel afectivo, las necesidades surgen por falta de comprensión, decimos ser libres cuando satisfacemos una carencia y conseguimos que nos amen, que nos valoren, pero no somos libres cuando nos dan amor, sino cuando descubrimos el amor que somos.

 

  Para que haya libertad debemos descubrir que no estamos separados unos de otros, donde no hay libertad, no puede entrar el amor porque no hay el espacio infinito de la libertad, y el campo de las necesidades psicológicas, de nuestros deseos y temores, es reducido y en él no cabe el amor.

                                                                          

           

El ámbito de la Libertad

  A pesar que en lo superficial, en lo fenoménico no somos libres por todo lo expuesto, si existe una libertad real en la conciencia, que es anterior al sentir y al pensar (no es una sensación, ni una emoción ni un pensamiento) es algo a descubrir por uno mismo.

  Como dicen los místicos: el ser humano es libre cuando descubre el silencio de la conciencia, la expresión de la libertad y del amor surgen de lo profundo de la conciencia de manera ordenada y armónica, en todos los niveles de manifestación, porque lo que desorganiza y distorsiona la manifestación exterior son los deseos, miedos, ansiedades, ambiciones, todo por falta de comprensión de esta dimensión del silencio donde se descubre la realidad.

Sólo con Ver por ej. el deseo se deshace por sí mismo, sin tener que renunciar por voluntad, sin conflicto, ni disciplina, ni sacrificios. La lucidez nos permite vivir en libertad, ya no en una vida pensada.

 

El anhelo de Unidad

  La conciencia cuando está inmóvil es lucidez, pura luz en sí misma que no necesita iluminar nada. Todas las formas materiales y mentales del mundo fenoménico anhelan la unidad porque todas ellas son lo Uno.

  Debo ir más allá del pensamiento, lo verdadero se manifiesta por sí mismo, hay que desmontar el error que nos mueve una necesidad de afirmación y despertar el amor a la verdad.

  Comprender que la verdadera libertad viene siempre acompañada del verdadero amor, sin esa libertad no hay amor.

  Para comprender al otro, no basta con que lo comprenda psicológicamente, porque el otro no es sus miedos, angustias, conflictos, debo llegar a lo profundo de la conciencia para contemplarse en su infinitud, desde ahí puede surgir el amor.

  Al comprender me descubro en el otro, y el otro puede descubrirse en mí.

 

¿A qué llamamos Amor Lúcido?

  

  En el estado de lucidez no hay miedo, ni necesidad de asegurar algo, no hay deseos de continuidad, ni temor a perder, no hay exigencia de reciprocidad, porque no hay nada que perder, ni nada que ganar.

  Es una expresión espontánea de lo que siempre ha estado y está ahí, un potencial inmenso, infinito y que se expresa por sí mismo. Nadie puede herir a nadie si está instalado en la verdad.

  El amor lúcido es un estado inocente, una gracia divina, que no se busca mediante esfuerzos o méritos. La lucidez llega como gracia al investigar lo que la lucidez es.

 

 

 EL DERRUMBAMIENTO DE LO FALSO      

 El amor no es controlar, manipular, vivir con astucia, no es acumular información para dominar a otros, no es envidia, ofensa, comparación no es ignorar nuestra esencia.

 

  El amor es inocencia, madurez, no envidia, no ofensa, no comparación, no posesión. El amor es completo en sí mismo, no necesita compañía.

 

 

 NO EXISTE SEPARACIÓN

  Quien no ha descubierto el amor como estado del ser, lo vive como una exigencia a los demás, como un querer repetir las satisfacciones placenteras, como una demanda de emociones y sentimientos que luego cambian a lo opuesto, quedando un vacío.

  Pero si comienzo a observar para descubrir con lucidez lo que sucede, me doy cuenta de lo que va apareciendo, y veré que se va integrando gracias al amor. Para descubrir este amor, sabremos que no está en el tiempo, para investigarlo hemos de dejar que surja como inspiración, y si estamos lúcidos, si comprendemos el amor como un estado nuevo, sobrevendrá de un modo natural, porque es lo real.

  Ser bueno o malo desde la personalidad es como una comedia vista desde la verdad.

  El amor surge de la comprensión, al no comprender surge la separación.

 

 

EN EL AMOR NO HAY OTRO

   El amor no es lo que se suele conocer por amor, no es sentimientos, ni emociones, ni sensaciones que nacen de la separatividad porque uno necesita al otro. En el amor no hay otro. Si me quedo en las sensaciones, emociones agradables, al no tenerlas sobreviene la angustia; pero si me quedo en silencio y miro con sinceridad, estas sensaciones/emociones no tienen el resplandor del amor que intuyo. El amor surge cuando hay libertad.

  El otro no es separado de mi por lo que no tiene sentido tratar de poseerlo.

  


EN UNA MENTE INOCENTE

 Como el amor no es nada de lo conocido, lo descubriré sin buscarlo, con una mente inocente, que carece de información. La inocencia es un estado original que no tiene que ver con los años, ni experiencias, ni conocimientos adquiridos, es un estado claro y simple, sincero y en soledad, anterior al pensar.

  Al estar libre para comprender como funciona la interacción humana ya no me hieren, el amor es inocente, no hiere. El amor está ahí con objetos o sin ellos, no necesita del otro. El amor ilumina un objeto, otro o ninguno, sin perder su plenitud.

 

  En la inocencia se borra el pasado, nada se guarda, nada se repite.

 

 

 VIVIR DESDE EL AMOR

    Así como la luz no puede dejar de iluminar, el amor no puede dejar de amar. Si soy amor, no necesitaré buscarlo afuera, lo que sea preciso en la interrelación, la vida se encargará de presentarlo.

  No he de controlar los deseos que surgen cuando vivo limitaciones, pues al controlar, lo que hago es deformar el vivir, más bien comprenderé desde un lugar donde no esté identificado, puedo experimentar con mi cuerpo una sensación agradable sin estar yo atado a ella, sin identificación.

 

  El milagro es vivir desde el verdadero amor.

 


 ENAMORARSE DEL AMOR

  El amor es siempre nuevo, siempre está naciendo. El enamoramiento de dos personas es real y nunca deja de ser un enamoramiento del amor.

  El amor renueva, vitaliza, rejuvenece, y si ese amor produce esto, lo que producirá el enamoramiento total del amor en sí; al comprender todo, abrazamos todo, la pasión nos lleva sin medida fuera de lo racional. Este amor verdadero es el creador de lo nuevo, ajeno a la memoria, deshace las barreras de separación que se levantaron por la incomprensión.

 

  Comprenderé la vida aprendiendo a ser consciente, expandiéndome gozosa en libertad.  

                           

 

Escribir comentario

Comentarios: 4
  • #1

    josé manuel (sábado, 26 mayo 2012 17:49)

    Gracias,es todo un tratado sobre la verdad. Felicidad.

  • #2

    Juani (sábado, 26 mayo 2012 21:05)

    NAMASTE José Manuel

  • #3

    Mercedes (lunes, 05 agosto 2013 21:30)

    Por fin alguien explica lo que es quererse a uno mismo.

  • #4

    Juani (lunes, 05 agosto 2013 23:42)

    Gracias por tu visita Mercedes! Un abrazo cálido!