Yoga científico, educacional y terapéutico
En principio, el yoga es un estado de bienestar y armonía en los tres planos existenciales: mente, cuerpo y espíritu; y científico porque es una ciencia, y como tal permite investigar, actualizar y adaptar a las necesidades de la sociedad.
El yoga científico se basa en la psicología y en la psicosomatología (porque la mente "enferma"al cuerpo). Se fundamenta principalmente en la respiración, tomándola como esencia de vida, ya que respirar correctamente, mejora, renueva y optimiza todas las células del cuerpo.
Ésta metodología científica, apunta a que el practicante pueda recibir información y desarrollar una escucha activa para así poder entender y coordinar los distintos segmentos corporales.
Éste entrenamiento permite que la mente trabaje coordinadamente con el cuerpo y que no esté dispersa, mirando lo que hace el otro. Las posturas se adecúan de acuerdo a las necesidades de cada uno,no se trabaja con rutinas porque estructuran y la mente se distrae: las clases son variadas y dinámicas, pasando por posturas de equilibrio, elongación, fuerza, flexibilidad y movimientos libres, siempre con la consigna de respirar adecuadamente en cada postura.
La concentración se logra a través del proceso de aprendizaje de pensar, sentir y disfrutar del cuerpo, logrando hacer un insight para lograr los cambios necesarios.
Al practicar estas técnicas, se toma consciencia de cuáles son las partes del cuerpo más propensas a la rigidéz y al dolor. Esto ayuda a mantenerse alerta a los factores que pueden generar tensión: la postura diaria, la indumentaria, el ambiente laboral, el hogar o la manera en que se mueve el cuerpo.
A medida que la práctica permite darnos cuenta que el cambio comienza en cada uno, se comprende que la meditación también es importante, es una capacidad que podemos utilizar.
La palabra yoga significa "unión", "integración". Se trata de una disciplina holística, un sistema de autoconocimiento que promueve el incremento de la consciencia, y que trabajando desde el cuerpo en el aquí y ahora (presente),
busca la integración de los planos físico, mental y espiritual.
Su práctica se basa en:
Asanas:
son posturas adoptadas por el cuerpo que se mantienen unos segundos. En estas posturas hay músculos que se contraen y tonifican y otros que se relajan y flexibilizan. Se logran distender no sólo los músculos superficiales, sino también los profundos.
Se logra relajar la cavidad abdominal y sus órganos internos, como así también corazón, pulmones, riñones, etc.
Las distintas asanas, trabajan sobre centros nerviosos y glándulas endocrinas, regulando su funcionamiento.
Las posturas inducen a determinados estados mentales, ya que hay una correlación entre el cuerpo y la mente.
Las posturas mantienen la columna vertebral flexible, corrigiendo o mejorando diversos problemas cervicales, dorsales y lumbo-sacro.
Ayudan al libre flujo de la energía en el organismo, como así también, de todos sus fluídos (linfa, sangre, etc.)
Respiración:
se buscan respiraciones profundas y lentas. Se trabaja con respiraciones completas, usando la zona abdominal, costal, y clavicular, buscando así una mejor y mayor oxigenación.
La correcta respiración, produce relajación física y mental.
También la respiración tiene vinculación con el estado mental y además, permite regular la entrada de prana (energía) y distribuirla por todo el organismo.
Al respirar correctamente, mejoramos nuestro estado de ánimo y nuestro estado mental.
Pranayamas:
son ejercicios de respiración especial, donde se controla el ritmo de la respiración, algunos con retenciones de aire; produciendo una limpieza en las vías respiratorias, despejando la mente, mejorando en general las funciones del organismo.
Relajación:
sin relajación no hay yoga. Se comienza con la parte física para lograr la relajación psíquica.
Se trata de conseguir aflojar todas las contracturas conscientes e inconscientes del cuerpo, lograr tranquilidad emocional y silencio de la mente; en resumen: un "dominio de sí mismo".
Durante el Savasana (relajación), todas las energías del cuerpo y del psiquismo, que se habían movilizado durante los asanas, ahora se aprovechan, se absorben, incorporan a la consciencia vigílica, de manera directa e inmediata.
La relajación produce un descanso profundo, recuperación de la fatiga general y mejor funcionamiento del organismo.
Las visualizaciones son elementos importantes del yoga, buscando producir sensaciones placenteras de paz y felicidad en todo el ser. El evocar situaciones placenteras, favorecen la recuperación y bienestar del organismo.
Meditación:
es un estar atento observando el devenir de los pensamientos, emociones, sensaciones; sin interpretar, ni juzgar, ni razonar, simplemente mirando y respirando. Es una experiencia, un modo de vida. Al desidentificarte de los pensamientos, te das cuenta que todo es relativo, que los hechos son una interpretación de la mente. Con la práctica, la mente se vuelve lúcida y espaciosa, nos vamos desprendiendo del ego, depuramos los sentimientos negativos, disminuimos las distracciones y conectamos con la paz interior.
BENEFICIOS DEL YOGA:
- Corrige las deficiencias de la columna vertebral, devolviéndole la
- flexibilidad.
- Fortalece y relaja los músculos, calma los nervios sobre-exitados.
- Lubrica y rejuvenece las articulaciones.
- Mejora la circulación sanguínea y energética.
- Estimula el sistema inmunológico y linfático.
- Regula la actividad hormonal.
- Calma el sistema nervioso (combate el estrés, angustia, ansiedad).
- Vivifica órganos internos, centros nerviosos, restaurando el equilibrio
- neurovegetativo.
- Mejora las dolencias crónicas y psicosomáticas.
- Mediante los ejercicios respiratorios, proporciona abundante oxígeno
- y energía a las células, purificando el organismo, quemando desechos,
- expulsando las toxinas.
- Favorece el autoconocimiento y la comprensión de uno mismo.
- Aporta valor y confianza para afrontar las dificultades diarias.
YOGA PARA NIÑOS:
El yoga es una práctica positiva en la etapa de crecimiento de los niños. A través del yoga, los niños ejercitan su respiración y aprenden a relajarse, para hacer frente al estrés, a las situaciones conflictivas, y a la falta de concentración, problemas tan evidentes en la sociedad actual. Favoreciendo la salud física y emocional.
El yoga
Aunque no podamos practicar el Yoga en el sentido estricto, ortodoxo, tradicional en Oriente, podemos aprovechar muchas de sus prácticas para esta tranquilidad, para cicatrizar las lesiones de nuestro interior, los traumatismos que nos produce la vida de constante shock con el mundo externo.
El Yoga puede ayudarnos a curar todo lo que está lesionado. Ahora bien, ¿cuáles son esas lesiones?. Los males producidos por la tensión abarcan a todo el hombre, es decir, a sus distintos niveles:
1. El cuerpo
La tensión en que vivimos se suele instalar en algún órgano concreto, impidiéndole su perfecto funcionamiento. En unas personas será el estómago, en otras la cabeza, en otras la presión arterial, etc.; cada cual tiene su punto débil, de menor resistencia, que se resiente como efecto de la tensión sostenida. Son manifestaciones nerviosas el insomnio, las neuralgias, los trastornos digestivos y las úlceras gástricas o duodenales, síntomas todos ellos reveladores, no de una enfermedad específica, sino de un mal que afecta a todo el hombre y es expresado a través de todo el organismo. Con la práctica del yoga, encontraremos la forma de conseguir la tranquilización de la tensión nerviosa, y con ella la normalización de todas las funciones.
2. El nivel afectivo
Estos trastornos físicos provienen en su mayor parte de estados de tensión emocional, que juegan un importantísimo papel en el estado general del hombre. La ausencia de profundización con que vivimos y el estado de tensión nos impiden vivir manifestando en nuestra vida diaria un afecto sincero, espontáneo, profundo y auténtico. La actitud rígida con que vivimos de cara al exterior nos obliga a reprimir nuestra afectividad, que queda inmadura e insatisfecha. Con el Yoga tendremos una herramienta para activarla y hacer circular la energía emocional estancada debido a las represiones.
3. Nuestro nivel mental
En primer lugar está perturbado por las continuas preocupaciones que trae consigo el actual ritmo de vida. El instrumento que nos ha de servir para ver, valorar, juzgar y decidir, está siempre agitado, funcionando a gran velocidad, y vive los problemas a medias: se le escapa el paisaje y lo que está detrás del paisaje.
Además se halla afectado más de lo que le corresponde, debido a que en él repercuten también los estados emocionales, que intenta solucionar racionalmente: las insatisfacciones, angustias, ambiciones, desilusiones, miedos, etc., toda una amplia gama afectiva empuja a la mente, creando una perspectiva parcialmente falsa de los problemas.
Este contenido emocional, que obra sobre la mente, es, irracional, y por eso, la mente, que es una máquina exacta y funciona por leyes de asociación sacando conclusiones de acuerdo con los datos, nunca llega a resolverlos, porque no cae en la cuenta de incluir entre esos datos los estados emotivos que originan buena parte de sus problemas.
La tranquilización de la mente vendrá tranquilizando los estados emocionales, o incluyendo los estados emotivos entre los datos cuando se quieren resolver los problemas personales.
El Yoga, con sus técnicas de disciplina mental, meditación, concentración, relajación, y la practica de la atención total, produce la
tranquilización del nivel mental.
Los ejercicios físicos en occidente, desarrollan solamente los músculos superficiales, con ello es posible volverse un perfecto atleta, con un hermoso físico; en cambio las Asanas (posturas) del yoga están diseñadas especialmente para desarrollar concienzudamente los órganos internos, el hígado, los intestinos, los riñones, el páncreas, los pulmones, etc, y muy especialmente, para llevar un estímulo vivificador al complejo sistema de glándulas endocrinas (timo, tiroides, paratiroides, hipófisis, pineal, suprarrenales, etc.), que juegan un importante papel en el mantenimiento de la salud, en el metabolismo, el crecimiento, y principalmente permitir la armonía y perfecta nutrición de las diferentes células que componen los tejidos de nuestro cuerpo; además de elongar, tonificar los músculos y mantener las articulaciones en buen estado, o mejorarlas en el caso de patologías.
El yoga tiene en cuenta una triple correlación entre el cuerpo y la mente:
1- Correlación entre la actitud corporal y los estados mentales.
Si nos auto-observamos y prestamos también atención a los demás, veremos que en cada estado de ánimo, tendemos a adoptar determinadas posturas, gesticulamos con las manos, con los brazos, la cabeza, las piernas o basculando el cuerpo hacia adelante o hacia atrás, dependiendo del carácter de cada persona. Cuando estamos nerviosos, alarmados o tenemos miedo, tendemos a juntar las piernas o entrelazar los pies,de esta manera, uno trata instintivamente de reforzar sus energías, como ocurre cuando tenemos frío, que nos apretamos y encogemos, reduciendo y exponiendo al exterior el mínimo e superficie corporal para conservar el calor interno. Lo contrario ocurre cuando nos sentimos optimistas o eufóricos, o cuando tenemos calor.
Y lo mismo que sucede con los estados afectivos, inducidos por determinadas posturas y actitudes corporales, pasa con respecto a la energía disponible en el cuerpo. Cuando uno se aísla, junta los pies y cruza las manos, experimenta como enseña el yoga, que se cierra el circuito de energía, disminuyendo nuestra sintonía con el exterior. De ahí que esta postura favorezca la toma de contacto con los procesos interiores.
2- Correlación entre el tono muscular y el estado mental
Entendemos por tono muscular la mayor o menor fuerza que estamos haciendo con los músculos en un momento determinado. Cuando estamos preocupados, podemos observar que tensamos algún músculo del cuerpo, al adoptar esa actitud mental tensa, vemos que la tensión se fija en diferentes puntos del cuerpo. Solemos oprimir el plexo solar (que es como "nuestro cerebro abdominal"), en él repercuten las emociones de miedo y alegría, además contraemos los músculos de la zona, oprimiendo el vientre, paralelamente a esas contracciones abdominales, se contraen otras zonas que varían según las personas: unas contraen los brazos, otras las piernas, la nuca, los hombros; y aveces, llegan a quedar afectados por una contracción permanente, aunque el sujeto no sea consciente de ella, por ser habitual, se trata de un reflejo condicionado, que se traduce en una pérdida innecesaria de energía.
Esto lo vemos fácilmente cuando tenemos un exámen, nos tensamos tanto, que aunque leemos, no nos enteramos de nada. Para que la mente esté receptiva y abierta, ante situaciones difíciles, debemos estar relajados.
Gracias al yoga, podemos contrarrestar las posturas externas e internas deficientes, que con frecuencia adoptamos. Podemos aliviar las contracturas inconscientes, ya que muchas veces, ni siquiera nos damos cuenta que estamos tensos. El hombre suele volverse inconsciente a las sensaciones y percepciones que se mantiene cierto tiempo en su conciencia; llega un momento, que el estímulo, aunque sigue actuando, deja de ser percibido conscientemente.
Así por ejemplo, al caminar, no nos damos cuenta de lo que estamos haciendo, la mente ya está acostumbrada y sigue el ritmo del movimiento de las piernas, pero si alteramos la marcha, entonces, si que lo percibimos.
En el yoga, se hace funcionar un grupo de músculos, mientras los demás permanecen descansados, para lo cual debemos mantener la mente alerta, vigilante, procurando aumentar el grado de relajación de los músculos que no se ejercitan, haciendo sólo la fuerza indispensable para sostener la postura.
Al relajar los músculos, la mente se tranquiliza.
Por otro lado, al llevar la atención a lo que estamos haciendo, en su aspecto físico , en el movimiento interno, en las sensaciones que percibimos mientras nos movemos, respiramos o descansamos, aumentamos considerablemente el flujo de energía. La energía biológica pasa a través de la mente.
3- Correlación entre el ritmo respiratorio y los estados de la mente
Hay un vínculo estrecho entre la mente y el ritmo respiratorio. En la personalidad no hay nada aislado. La personalidad, aunque múltiple en sus manifestaciones, es unitaria en su funcionamiento global. Es la mente la que une, regula, la que integra y dirige la personalidad, no la mente consciente, sino la mente como forma dinámica de todos los niveles.
Cuando estamos preocupados, respiramos seca y violentamente; el entusiasmo produce una respiración más rápida, haciendo entrar más aire a los pulmones. Todos los estados de ánimo y los mentales, tienen su correspondiente cuadro respiratorio. La respiración es como un lenguaje particular, una expresión de nuestra personalidad, la cual se expresa a través de todos los niveles, y cada nivel revela lo que ocurre.
Una persona con represiones psíquicas, tiene una retención en el ritmo respiratorio que le impide respirar profundamente, tiene una actitud de control y vigilancia que cierra la salida del inconsciente y se traduce en la respiración superficial.
Aprender a respirar, es aprender a vivir de un modo receptivo, abierto y con un buen funcionamiento en todos los niveles.
La respiración completa, del yoga es el "sedante natural" para el organismo, y la puerta de entrada a los estados de relajación.
LA RESPIRACIÓN COMPLETA
La respiración es un acto natural que ocurre sin que tengamos que pensar en ello; es un mecanismo del cuerpo que permite el intercambio de gases entre el exterior y el interior del cuerpo. Tomamos oxigeno y eliminamos dióxido de carbono. Sin embargo si realizamos la respiración de forma consciente podemos enriquecer el organismo aportándole energía, porque la atención que pongamos en este acto es una energía que dirigimos con la mente hacia un objetivo.
Se respira sin forzar, mientras inspiramos dejamos la atención en el recorrido del aire desde que entra por las fosas nasales, como pasa por la laringe y como llega a los pulmones, expandiéndolos y movilizando toda la caja torácica, el abdomen y el resto del cuerpo.
Al exhalar observamos como se relaja el abdomen y la caja torácica, como los pulmones vuelven a su volumen normal, como el aire recorre el camino inverso al salir hacia el exterior por la laringe y finalmente por las fosas nasales. Se trata de prestar atención a las sensaciones del cuerpo al inhalar y al exhalar. Esto de por sí, nos induce a la relajación.
La respiración completa, como su nombre indica, pone en juego tanto el diafragma como las costillas y la parte alta del tórax (zona clavicular).
La respiración completa es la base del Yoga y sirve para ampliar el pecho, los músculos y pulmones, que normalmente están incompletamente desarrollados, debido a la manera incorrecta y superficial con que respiramos.
Se realiza sin esfuerzo, porque es la manera natural de respirar, que adoptan los niños o los pueblos “no civilizados”.
Se denomina completa porque activa la parte inferior de los pulmones y el músculo diafragma (respiración diafragmática o baja), todas las costillas que forman el tórax (respiración torácica o media) y las clavículas y los hombros (respiración alta).
Podemos realizar este respiración sentados o tumbados sobre la espalda, con la columna vertebral recta, y los ojos cerrados.
1- Inhalar por las fosas nasales, llenando primero la parte inferior de los pulmones, lo que se obtienen poniendo en juego el diafragma, el cual al descender ejerce una leve presión sobre los órganos abdominales y empuja la pared frontal del abdomen. Después se llena la región media de los pulmones, haciendo salir las costillas inferiores, esternón y pecho. Luego se llena la parte alta de los pulmones, adelantando la superior del pecho, levantándolo, incluyendo los seis o siete pares de costillas superiores. En el movimiento final, la parte inferior del abdomen se contraerá ligeramente, cuyo movimiento da apoyo a los pulmones y también ayuda a llenar su parte superior.
2- Retener la respiración algunos segundos.
3 - Exhalar lentamente por nariz, entrando un poco el abdomen y elevándolo lentamente a medida que el aire sale de los pulmones. Cuando el aire ha sido exhalado completamente, aflojar el pecho y el abdomen.
4- Mantener los pulmones vacíos unos instantes.
El movimiento respiratorio es continuo, sin interrupciones, tanto en la inspiración como en la espiración. Se describen en cuatro fases, por razones prácticas.
Con la respiración completa, todos los órganos del aparato respiratorio entran en acción y todas las partes de los pulmones funcionan al máximo.
BENEFICIOS:
-
Produce un estado de tranquilidad si hace
correctamente y suficientemente despacio.
-
Regula el equilibrio del ph en el cuerpo y esto
influye en nuestras reacciones cuando estamos en situaciones de estrés.
-
Incrementa el prana y el oxígeno, sintiéndonos
más conscientes y lúcidos.
-
Limpia y purifica la sangre.
-
Ayuda a romper pratones inconscientes no
deseados, como adicciones, hábitos, etc.
-
Reduce la acumulación de toxinas en los
pulmones.
-
La respiración profunda y consciente, induce a
estados de relajación y meditación.
-
Reduce la ansiedad, el miedo, mejora
la depresión.
- Limpia los canales energéticos, elimina bloqueos, favorece el buen funcionamiento del campo electromagnético.
SISTEMA ENDOCRINO
El sistema endocrino u hormonal es el encargado de diversas funciones metabólicas del organismo, controla la intensidad de funciones químicas en las células, dirige el transporte de sustancias a través de las membranas celulares y otros aspectos del metabolismo de las células, como crecimiento y secreción.
Algunos efectos hormonales se producen en segundos, otros requieren varios días para iniciarse y luego duran semanas, meses e incluso años.
El sistema endocrino está formada por las glándulas de secreción interna que están distribuidas por todo el cuerpo, pero cuyo principal control reside en la hipófisis.
A través de sustancias llamadas hormonas, el sistema endocrino cumple una importante función para la adaptación de nuestro organismo a las diversas alteraciones que se producen en el ambiente externo e interno. La rama de la ciencia médica que se encarga de su estudio es la Endocrinologia.
El sistema endocrino está íntimamente ligado al sistema nervioso, de tal manera que la hipófisis recibe estímulos del hipotálamo y la médula suprarrenal del sistema nervioso simpático. A este sistema se le llama sistema neuroendocrino. Incluso el sistema inmunitario también está relacionado a este sistema neuroendocrino a través de múltiples mensajeros químicos.
Este complejo sistema mantiene el bienestar interno (homeóstasis) dentro los límites normales a pesar de las variaciones en la entrada o la salida de sustancias, agua, glucosa, minerales (sodio, potasio, calcio y otros), moléculas ambientales, etc. Además, participa en la regulación de nuestro crecimiento y desarrollo, reproducción, comportamiento y envejecimiento.
Puede definirse a las hormonas como agentes químicos producidos por ciertas células o tejidos endocrinos específicos llamados glándulas, que son vertidas en la circulación sanguínea. Actúan a distancia, ocasionando grandes cambios en determinadas células o sistemas, aun cuando operan en pequeñas cantidades.
No solo tienen un profundo efecto en todas las funciones del cuerpo (crecimiento, digestión, niveles de energía, calor, sexualidad, etc.), sino también sobre la mente (sobre el humor, el temperamento, la eficiencia mental).
Las Glándulas Endocrinas son:
Hipotálamo:
El hipotálamo forma parte del diencéfalo, y se sitúa por debajo del tálamo. Es el encargado de controlar las funciones del medio corporal interno, comportamiento sexual y las emociones, controla el sistema endocrino, actúa sobre el sistema nervioso autónomo y el sistema límbico ( el encargado de controlar las emociones y los instintos). Está conectado a todos los nervios del cerebro, del sistema endocrino y de la médula espinal.
Libera al menos nueve hormonas que actúan como inhibidoras o estimulantes en la secreción de otras hormonas en la hipófisis anterior, por lo que se puede decir que trabaja en conjunto con este.
Suele considerarse el centro integrador del sistema nervioso vegetativo o autónomo, dentro del sistema nervioso central.
También se encarga de realizar funciones de integración somato-vegetativa.
Regula la homeostasis del organismo en conjunto con la hipófisis, por medio de un sistema de retroalimentación negativo.
El hipotálamo regula el hambre, el apetito y la saciedad por medio de hormonas y péptidos como la colecistoquinina, el nivel de glucosa y ácidos grasos en sangre. Regula la temperatura del cuerpo, aumentando o disminuyendo la frecuencia respiratoria y la sudoración; regula el ritmo del sueño y de la vigilia.
Pituitaria o hipófisis:
Situada en la “silla turca” del hueso esfenoides del cerebro. Glándula “maestra”, recibe los impulsos del hipotálamo (en el cerebro), los que coordinan el sistema nervioso con el sistema glandular.
Estimula intestinos, tonifica vasos sanguíneos, riñones, regula la temperatura del cuerpo, el crecimiento y el desarrollo, regula los patrones sexuales, etc. Una inadecuada secreción de esta glándula, provoca gran obesidad, gigantes y enanos.
Pineal:
Glándula “misteriosa”, localizada en el centro del cerebro, activa directa o indirectamente a las otras glándulas y al estado de la mente.
Es muy sensible a la luz y es responsable de segregar melatonina y serotonina: durante la noche aumenta la cantidad de melatonina y produce el estado relajado del cuerpo, disminuyendo la serotonina; durante el día, aumenta la producción de serotonina, incitando a la actividad y disminuye la melatonina.
Si de día se logra bajar el nivel de serotonina , se accede a un estado de consciencia más elevado, tranquilidad de la mente, estados intuitivos de interiorización.
Tiroides y Paratiroides:
Se encuentran a ambos lados de la laringe, regula los niveles de calor y energía en el cuerpo, el metabolismo del calcio y fósforo.
Una hipersecreción de la hormona tiroides (hipertiroidismo), produce irritabilidad, palpitación, insomnio, trastornos gastrointestinales, temblores, respiración acelerada, pérdida de peso.
Una hiposecreción (hipotiroidismo) ocasionará un metabolismo perezoso, torpeza mental, pulso lento, poco apetito, obesidad, fatiga, retención de líquidos. (generalmente por escasez de yodo).
Timo:
Se encuentra detrás del esternón, es grande durante la niñez, y se reduce su tamaño hacia la adultez. Regula el sistema inmunológico del organismo para combatir enfermedades. El timo controla la producción y la maduración de los linfocitos T.
También puede influir en el desarrollo de las glándulas sexuales y en el crecimiento del individuo
Suprarrenales:
Situadas sobre los riñones, regulan la energía y el calor corporal. Regulan la respuesta al estrés, segregan la adrenalina (en una situación de crisis prepara al cuerpo para “pelear o huir”).
La adrenalina acelera el corazón, dilata los vasos sanguíneos de los músculos, estimula las glándulas sudoríparas para refrescar el cuerpo, contrae los vasos sanguíneos del estómago, disminuye las funciones de los órganos del aparato digestivo, hace que el hígado libere sus reservas de azúcar para que los músculos lo utilicen como combustible, pone los pelos de punta, dilata las pupilas y agranda los ojos para que el individuo atemorice “al enemigo”.
Si el segregado es insuficiente, la persona no podrá responder ante una crisis.
Páncreas:
Se encuentra debajo del estómago, produce la insulina, hormona que reduce la cantidad de azúcar en sangre, permite al organismo utilizar la glucosa como energía; o sea que, regula la energía del organismo. Ocasiona entre otras enfermedades, la diabetes.
También produce encimas que ayudan a digerir los alimentos.
Gónadas:
Ovarios y testículos, gobiernan la función sexual, regulan el desarrollo del cuerpo. Producen espermas y óvulos y también segregan andrógenos (aumentan la masa muscular, inducen a un comportamiento agresivo), en el hombre; y estrógenos y progesterona (aumentan la acumulación de grasa, inducen a un comportamiento pasivo) en la mujer.
Tienen que ver con los caracteres secundarios que marcan las diferencias entre hombre y mujer: el tono de voz, distribución del bello corporal, contextura física, etc.
Bazo:
Forma parte del sistema linfático, situado detrás del estómago, produce linfocitos que liberan anticuerpos en la corriente sanguínea para luchar contra las infecciones.
Elimina células rotas, parásitos, pigmentos biliares y otras sustancias de desecho de la sangre.
Las funciones de crecimiento, regulación de excreción de agua, regulación de la temperatura corporal, de control de la acción y respuesta inmediata tanto física y mental de una persona, las funciones sexuales y de reproducción de los seres humanos y muchas otras están regidas por las glándulas endocrinas que a su vez están bajo la acción de la hipófisis y previamente, del hipotálamo. Pero todas estas funciones pueden verse afectadas por algún desequilibrio tanto hormonal como glandular, originando serias patologías.