Meditación del guijarro

 

La meditación no tiene que vivirse como un esfuerzo, deseando que el tiempo pase lo más rápido posible para luego poder descansar, así lo viven muchas personas al comenzar su práctica.

Es importante sentarse y buscar estar cómodo, elegir la postura más adecuada para ti, con la espalda bien recta, pero sin tensión…para encontrar la paz en la postura sentado, puedes utilizar la meditación del guijarro.

 

 

Meditación del guijarro (Thich Nhat Hanh)

 

Siéntate en cualquier posición que te resulte confortable, loto o medio loto, sastre (piernas cruzadas como “chinito”)… la espalda erguida, una leve  sonrisa.

 

Respira lento y profundamente, siguiendo cada respiración, siendo uno con ella; deja pasar todo….. e imagínate que eres una guijarro arrojado a un río.

 

El guijarro pasa a través del agua sin esfuerzo. Desapegado de todo, lentamente se va hundiendo hasta alcanzar el fondo, el punto de descanso perfecto.

 

Tú eres como ese guijarro que se ha arrojado a sí mismo al río, ausente de todo lo demás; todo tu centro es tu respiración, no necesitas saber el tiempo que tardarás antes de alcanzar el punto de perfecto descanso sobre el lecho de fina arena bajo el agua.

 

Cuando te sientas tan descansado como el guijarro que ha alcanzado el lecho del río, ese será el punto en el que encontrarás tu propio descanso.

 

Ya no te sientes empujado ni atraído por ninguna otra cosa; sabes que solo puedes encontrar alegría y paz en ese preciso instante, cuando llegue el futuro que tu mente anticipa, será presente… La alegría y la paz sólo son posibles en ese preciso instante y si no lo hallas aquí no las encontrarás en ningún otro lugar.

 

No persigas tus pensamientos como la sombra persigue su objeto; no corras tras tus pensamientos como el alma robada corre tras su amuleto mágico.

 

No lo pospongas, encuentra tu paz y tu alegría en ese preciso instante.

 

Este tiempo es tu tiempo, este lugar en el que te sientas, es tu lugar. Y son este preciso momento y este preciso lugar en los que tú puedes llegar a ser un Buda y no, desde luego, bajo algún árbol Bodhi o en alguna vida lejana.

Practica esto durante unos meses y empezarás a comprender lo que es el deleite de la Meditación.

 

 

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