Yoga como camino de observación consciente

 

Cada vez que volvemos a la práctica del yoga después de un tiempo de no haberlo hecho, podemos ver qué efectos tiene en el cuerpo y en la mente, el no haber practicado. El cuerpo más entumecido, las articulaciones más rígidas, algunas tensiones musculares, dolores varios, la mente más inquieta….

 

Cuando retomamos las clases, la práctica, nos damos cuenta de todo esto, cuando nos cuesta acercar la rodilla a la frente, cuando la respiración cuesta profundizarla…etc.; es más difícil hacer consciente todo esto en la vida cotidiana, atrapados por las prisas y responsabilidades (salvo que ya llevemos bastante práctica en la atención plena y seamos conscientes de todo esto…).

El yoga y la vida han de ser lo mismo, o más bien, hemos de llevar a la vida diaria lo aprendido en el yoga. El yoga es un estilo de vida.

 

El hecho de “olvidarnos” de practicar la atención plena (ese instalar el “testigo interno”, el “observador sin juicio”…) o de descuidarla, puede enseñarnos mucho más que  el hecho de prestar atención todo el tiempo…y es que la mente tiende al descuido, al despiste, a dispersarse y requiere entrenamiento; y al regresar a la atención plena, es lo que nos permite darnos cuenta que habíamos estado distraídos y las consecuencias de ello.

 

Tareas:

 

- Practica el notar la diferencia   entre cómo te sientes y gestionas el estrés en las épocas en que si practicas yoga y en otros períodos de tu vida en que no lo haces.

 

- Sigue investigando y toma consciencia de las consecuencias que tiene para tu vida en general el quedarte en comportamientos automáticos, repetitivos, donde no hay atención plena, principalmente cuando son motivados por presiones en el trabajo o en la familia..

 

- Observa: ¿Cómo es en el cuerpo cuando prácticas y como es cuando no lo haces en estos períodos? ¿Hay cambios ante la dificultad, ante el estrés, cuando practicas a cuando no lo haces?

 

El cuerpo físico siempre está en el “presente”, la respiración ocurre siempre en “presente”, la respiración es como un cordón umbical que nos conecta al aquí y al ahora y si llevo la mente al cuerpo, a la respiración, ya estoy centrado en el aquí y ahora…es la mente la que viaja constantemente al pasado y al futuro, de ahí que se puede entrenar trayéndola una y otra vez a la respiración de cada momento, habitando así el instante.

 

- Observa: Que ocurre cuando te despistas y dejas que la mente te lleve a donde quiere y te olvidas de lo que sientes y experimentas en tu cuerpo?

¿Qué ocurre cuando no aplicas  tu compromiso de practicar la “no acción”, el “aceptar” cada momento con lo que hay…, de respirar profundo antes de contestar desde un estado airado… elegir responder antes de reaccionar…?, todo ello requiere entrenamiento…

 

- Observa los efectos que tiene, el no practicar con regularidad lo que aprendes en yoga, ¿Cómo surgen  tu ansiedad /  tristeza / desanimo/enojo / frustración / impotencia, etc.,  con respecto al tiempo, a no conseguir unos resultados determinados, a que las cosas no son como tú quieres,  ante las personas que no se compartan como tu quisieras… ¿Qué efecto tiene en tus relaciones el dejar la mente a su aire, con sus automatismos, desentrenada….?

 

- Observa: De donde surgen los patrones desde donde actúas por falta de atención plena? ¿Qué los activa? ¿Estás dispuesto a sostener estos patrones en la conciencia mientras aparecen? ¿Puedes darte cuenta de lo importante que es la práctica y que sucede al no practicar?

 

Entonces, el no practicar, puede ser una invitación a ser conscientes de qué sucede realmente en el cuerpo/mente, cuando no lo haces… no para castigarte o reprocharte por no hacerlo, sino para ser más consciente de la importancia y beneficios que tiene para tu vida el desarrollar esa atención plena que aprendes durante la prácticas del yoga.

Namaste

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