Había una vez un árabe que viajaba por el desierto en la noche, acompañado por 20 camellos. A la hora del descanso, sus esclavos, se encontraron con que no tenían más que 19 estacas para atar a sus 20 camellos.
Entonces consultaron al amo, y éste les dijo:
-Simulad que claváis una estaca cuando lleguéis al camello número 20, pues como el camello es un animal muy tonto, se creerá que está atado.
Efectivamente, así lo hicieron, y a la mañana siguiente todos los camellos estaban en su sitio, y el número 20 al lado de lo que se imaginaba una estaca, sin moverse de allí.
Al desatarlos para marcharse, todos se pusieron en movimiento menos el número 20 que seguía quieto, sin moverse.
Entonces el amo dijo:
-Haced el gesto de desatar la estaca de la cuerda, pues el tonto aún se cree atado.
Así lo hicieron y el camello entonces se levantó y se puso a caminar con los demás.
Ésta es una buena imagen que puede ilustrar cómo actuamos los seres humanos cuando funcionamos programados y no podemos ver por nosotros mismos, ni decidir por nosotros mismos, sino que nos manejan los hábitos adquiridos, nos dominan unos gestos determinados, aprendidos, que ya no cuestionamos por nosotros mismos, condicionados por la costumbre y por nuestra programación, nos ponemos unos límites fijos, que no son reales.....
Atención.Atención. Atención.
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Susana (domingo, 03 noviembre 2013 02:53)
Hola,
Me gustaria saber quien es el autor de este cuento?
Gracias
Juani (domingo, 03 noviembre 2013 09:15)
Hola Susana, desconozco el autor
Un abrazo!