Emociones y salud

 

Con las nuevas investigaciones en neurociencias, ya no queda lugar a dudas del impacto que tienen las emociones en el organismo, y lo relacionadas que están en la salud y enfermedad.

Para entender mejor como es que las emociones (que se traducen en sustancias químicas, moléculas de información), influyen en el sistema inmunológico y en otros mecanismos de curación de cuerpo, nos apoyaremos en la PNEI (Psiconeuroendocrinmunologia).

Especial mención tienen algunos de los trabajos de investigación en este campo de la doctora Candace Pert (ex Directora del Departamento de Bioquímica Cerebral del Instituto Nacional de Salud Mental de los EEUU).

 

Candace Pert, fue una de las primeras en estudiar los neuropéptidos,   mensajeros químicos que intervienen en la comunicación de las emociones. 

Fue por los años 80,  la Dra.Candace Pert, liderando un grupo de investigadores, descubrió que, un grupo de moléculas llamadas péptidos (derivados proteínicos), son los mensajeros moleculares que facilitan la comunicación entre los sistemas nervioso, endócrino e inmunológico, es decir, que estos mensajeros, conectan tres sistemas diferentes en una misma red.

Hasta ese momento, se sabía que, cada uno de estos tres sistemas, cumplían funciones diferentes y funcionaban por separado.

 

El sistema nervioso, formado por el cerebro y una red de células nerviosas, la sede  de la memoria y el pensamiento, de la sensibilidad corporal y de la emoción; el sistema endócrino, formado por las glándulas y sus secreciones hormonales, controla e integra diversas funciones corporales; y el sistema inmunológico, constituido por el bazo, la médula ósea, los ganglios linfáticos y células inmunológicas, es el sistema de defensa del cuerpo, se encarga de la integridad de las células, de los tejidos y órganos.

Las investigaciones realizadas sobre péptidos, demuestran que estas separaciones conceptuales, ya no pueden seguirse manteniendo.

 

Los péptidos  conforman una familia de entre 60 a 70 macromoléculas que tradicionalmente recibían diferentes nombres: hormonas, endorfinas, neurotransmisores, factores de crecimiento, etc. Actualmente, se considera que forman una sola familia de "mensajeros moleculares".

Estos mensajeros, son cadenas cortas de aminoácidos que se fijan a receptores específicos, situados en abundancia en la superficie de todas las células del cuerpo.  

Al unir los tres sistemas en una misma red, los péptidos son mensajeros que circulando libremente por esta red, alcanzan todos los rincones del organismo.

  De esta manera, se transforman en la manifestación bioquímica de la memoria, del pensamiento, de la sensibilidad corporal, de la emoción, de los niveles hormonales, de la capacidad de defensa y de la integridad de las células, tejidos y órganos.

 

Todas las partes del cuerpo y de la mente "saben" lo que está

pasando en todas las demás partes del cuerpo y de la mente.

 

Estamos ante un sistema de información integrado.

 

Ampliando el concepto y la función de los péptidos, se descubrió que las hormonas, que supuestamente eran producidas  exclusivamente por las glándulas, son péptidos que también se producen y almacenan en el cerebro; se descubrió, que las endorfinas (un tipo de neurotransmisores, que producen bienestar, felicidad), que se creía que sólo eran producidas en el cerebro, son péptidos que también son fabricados por las células inmunológicas; y, al seguir investigando, identificaron más receptores de péptidos y se descubrió que, prácticamente cualquier péptido conocido es producido en el cerebro y en varias partes del cuerpo simultáneamente.

 

   La Dra. Candace Pert, expresa:

 

 "Ya no puedo hacer una distinción tajante entre el cerebro y

  el cuerpo."

 

Los péptidos del sistema nervioso, no sólo son producidos por las neuronas, y son fundamentales para las comunicaciones de todo el sistema nervioso, sino que, al fijarse en receptores que están alejados de las neuronas que los originaron, están también en otras partes del cuerpo.

En el sistema inmunológico, los glóbulos blancos, no sólo tienen receptores para todos los péptidos, sino que ellos mismos fabrican péptidos. Los péptidos controlan el patrón de migración de las células del sistema inmunitario y también todas sus funciones vitales. Los leucocitos (glóbulos blancos), son células móviles, con lo cual, pueden salir de los capilares introduciéndose en los espacios intercelulares de la pared y emigrar mediante movimientos ameboideos hacia cualquier partícula extraña que se encuentre invadiendo los tejidos. Así que, además de ser tansportados por la sangre llegando a cualquier parte del organismo, también se escapan de la sangre  y se cuelan por los espacios intersticiales donde se bañan las células.

 

 

Moléculas de emoción

 

Otro descubrimiento importantísimo, es que los péptidos son la manifestación bioquímica de las emociones. Los péptidos alteran la conducta y los estados de ánimo, así, cada péptido puede evocar un estado emocional único.

 

El descubrimiento de esta red psicosomática, nos indica que, el sistema nervioso no está estructurado jerárquicamente, como se creía.

 

La Dra. Candace dice:

 

"Los glóbulos blancos son pedazos de cerebro flotando a lo largo del cuerpo".

 

Con esto vemos que la cognición se extiende a lo largo del organismo y opera por una red de péptidos que integra las actividades mentales, emocionales y biológicas.

 

La felicidad, no es un estado reactivo, sino que es un estado endógeno  que lo experimentamos cuando los neuropéptidos y sus receptores están abiertos y fluyendo libremente por la red psicosomática, integrando y coordinando nuestros sistemas, órganos y células. (Candace Pert)

 

El hipotálamo es como una minifábrica, donde se producen químicos que se corresponden con las distintas emociones que sentimos. Cuando pensamos o interpretamos algo, el hipotálamo libera al torrente sanguíneo, el péptido que corresponde al estado emocional y como vimos, al saber que cada célula tiene receptores en su superficie que están abiertos a la recepción de estos neuropéptidos, no cabe duda que nuestros estados emocionales afectan la totalidad del organismo.

 

Las emociones producen péptidos o moléculas de emoción que se concatenan con los receptores de las células, al repetir las mismas situaciones que desencadenan las mismas emociones, el receptor se convierte en adicto a esa emoción (lo mismo ocurre con la adicción a las drogas); esto explica el por qué nos cuesta tanto cambiar y crear ciertas respuestas emocionales.

 

Debido a esta inconsciente adicción  a los distintos sentimientos, las emociones "condenan" a una persona a repetir comportamientos, desarrollando una adicción a la combinación de sustancias químicas que son propias para cada sentimiento que inunda el cerebro con cierta frecuencia. Somos adictos al temor, a la ira, a la depresión, etc. 

 

                La buena noticia, es que esto se puede cambiar!!!

 

 

 

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