Mindfulness - La Atención Plena

“Prestar atención de manera intencional al momento presente, sin juzgar”  Jon Kabat Zinn

                        


 La meditación es una práctica milenaria en oriente, y el interés por su estudio en occidente ha aumentado mucho en estos últimos años. Habitualmente estaba ligada a experiencias religiosas, pero hoy en día es utilizada y comprendida dentro de un marco estrictamente psicológico (Walsh-1980).

  En EEUU y Canadá, se lleva aplicando con éxito programas de reducción del estrés basados en Mindfulness- Atención Plena, desde hace más de 30 años, por el Dr. Jon Kabbat Zinn (1982), quien define a la meditación como la regulación intencionada de la atención momento a momento..

 

El programa basado en Mindfulness, se basa en la práctica de la Atención Plena como filosofía de vida.

 

Con la Atención Plena o Mindfulness, las personas aprenden a conocerse mejor, y aprenden a responder de manera más saludable a las situaciones estresantes, en vez de reaccionar de manera mecánica, como se suele hacer debido a los condicionamientos, programas con los que funciona habitualmente la mente.

 

Hay evidencia científica que la práctica de la Atención Plena ayuda a potenciar la salud física y mental, y la relación interpersonal. Proporciona niveles de bienestar interior, equilibrio mental, claridad de ideas y mejora del rendimiento. Se logra vivir en calma en el día a día, independientemente de que las circunstancias sean favorables o adversas.

                                                                                            

Siguiendo a Bishop (2004) la psicología contemporánea, ha adoptado al mindfulness como una técnica para incrementar la consciencia y para responder más habilidosamente a los procesos mentales que contribuyen al desarrollo de trastornos psicopatológicos y a otro tipo de problemas del comportamiento. La utilidad y eficacia del empleo de las técnicas de mindfulness ha quedado ampliamente demostrada en múltiples problemas médicos y psicológicos (ej., cáncer, psoriasis, dolor crónico, ansiedad, depresión, estrés, etc.) a través de numerosos estudios científicos a lo largo de los últimos años.

 

Actualmente, en el ámbito de la psicología, mindfulness ha sido incluido en una gran variedad de terapias y programas de tratamiento ( Germer, Sieguel, Fulton, Hayes, Follete y Linehan, Mañas, Teasdale, Segal y Williams.

                                                                                               

Las prácticas que más se utilizan en occidente son “samatha” y “vipassana”, su traducción se asemeja a “concentración” la primera y “visión clara, cabal, justa, esclarecedora o penetrante”, la segunda. En inglés se les ha llamado “mindfulness”, que se podría traducir al castellano como “atención plena”, y es la esencia de la meditación.

 

La meditación Samatha y la meditación Vipassana, se deben practicar conjuntamente. La concentración afina la mente, la adiestra, la prepara para luego adquirir una visión clara de las cosas que es la vipassana.

 

En la concentración la mente mantiene la atención a un objeto determinado, con lo cual se la entrena para que no se disperse, saltando de un tema a otro, de un objeto a otro, como lo hace habitualmente; cuando la mente ha aprendido a calmarse, se practica la vipassana, o sea la comprensión, visión de todos los fenómenos de la conciencia (internos y externos), en vipassana, se observa el movimiento de la mente, el cambio momento a momento, sin emitir juicios, sin reaccionar, solo viendo, comprendiendo y aceptando.

 

Es despertar al testigo que solo ve la actividad mental sin críticas. La esencia de la “atención plena” es la aceptación de lo que aparezca en la mente, y esa aceptación se desarrolla con la práctica continua, estando atento, teniendo paciencia.  

 

 

 

¿Qué es la Atención Plena?

La Atención Plena es una antigua práctica budista, que tiene una gran importancia en nuestra vida actual, no como práctica budista, sino como herramienta para examinar quiénes somos y cuestionar nuestra visión del mundo y el lugar que ocupamos en el mismo, también es útil para cultivar la capacidad de apreciar la plenitud de cada momento que estamos vivos. Ante todo, tiene que ver con el hecho de estar en contacto.

 

Considerando que el estado de conciencia que tenemos durante las horas de vigilia es muy limitado y limitador, se parece más a un estado de sueño que a un auténtico estado despierto, la meditación nos ayuda a despertar de este sueño que se caracteriza por un funcionamiento automático e inconsciente.

 

Los sabios, los yoghis, los maestros zen han explorado este territorio de manera sistemática durante miles de años, y han aprendido que, al investigar interiormente nuestra propia naturaleza como seres, y especialmente la naturaleza de nuestra mente a través de una auto-observación sistemática y cuidadosa, llegamos a experimentar mayor satisfacción, armonía y sabiduría en nuestra vida.


También nos hablan de una visión del mundo complementaria a la visión predominante reduccionista y materialista imperante actualmente en el pensamiento y las instituciones occidentales.

                                                                              

La Atención Plena es, fundamentalmente un concepto sencillo. Su poder reside en el hecho de practicarla y aplicarla. Es simple, lo cual no quiere decir que sea fácil de practicar.

 

Atención Plena significa prestar atención al momento presente, sin juzgar. Este tipo de atención permite desarrollar una mayor conciencia, claridad y aceptación de la realidad del momento presente. Nos despierta para que podamos darnos cuenta de que nuestra vida se despliega sólo en momentos. Si durante la mayoría de estos momentos, no estamos plenamente presentes, es posible que nos perdamos lo que es realmente valioso en nuestra vida y que no nos demos cuenta de la riqueza y la profundidad de nuestras posibilidades de crecimiento y transformación.

 

La mayoría de las veces nuestras acciones y comportamientos son mecánicos e inconscientes, motivados por temores e inseguridades profundamente arraigados en nosotros. Si no nos ocupamos de ellos, con el tiempo tienden a exacerbarse y dejarnos con una sensación de estancamiento y desconexión. Con el tiempo, puede que acabemos perdiendo la confianza en nuestra capacidad de redirigir nuestras energías para la consecución de una mayor satisfacción y felicidad, incluso una mayor salud.

 

La Atención Plena, nos proporciona una manera sencilla pero muy potente para salir del estancamiento y recuperar el contacto con nuestra sabiduría y vitalidad, haciéndonos cargo de la dirección y la calidad de nuestra vida, de nuestra relación con nosotros mismos, incluyendo las relaciones familiares, trabajo y con el mundo en general (Jon Kabat Zinn).

 

Y es que no se suele ser consciente del modo de funcionar de la mente, automático y condicionado, la mente constantemente está asaltada por pensamientos del pasado, de lo que ocurrió, y por pensamientos del futuro, imaginación de algo que no llega, que es incierto, y esto ocurre porque sentimos que en el presente nos falta algo, nos sentimos incompletos, en el presente y entonces proyectamos, imaginamos lo que en el futuro nos traerá la felicidad, la plenitud, pero ese futuro nunca llega, no podemos vivir de imaginaciones, sólo tenemos el presente, cuando llegue ese momento futuro, será también presente, sólo podemos vivir en presente, como dice J. Lennon:


“La vida es lo que te ocurre cuando estas haciendo otras cosas”, y por esa dinámica de la mente, se nos escapa la única oportunidad de estar en presente, de vivir realmente.

 

En el funcionamiento habitual, nuestra mente, dirige la atención secuencialmente a diferentes objetos, sensaciones corporales, pensamientos, fantasías, objetos del mundo externo, etc., el objeto de la atención cambia constantemente, y la persona suele estar identificada con el contenido de su mente. Esa atención produce a veces movimientos emocionales, (sea por atracción o por rechazo, sólo en algunas contadas ocasiones es neutral). La persona oye, siente, ve, pero generalmente no se da cuenta, no es consciente de que está oyendo, sintiendo o viendo.

 

Durante el estado de atención plena, se desarrolla un “testigo alerta", que observa todo y se mantiene imparcial, de manera que, cuando practicamos la vipassana, la atención se enfoca en el presente, en el momento (incluso si estamos pensando en el pasado o en futuro, lo hacemos en presente), lo contrario ocurre con el estado de conciencia normal donde la atención se esfuma con facilidad hacia el pasado o hacia el futuro, provocando un estado de inatención, del cual salimos al practicar la atención plena para volver a situarnos en el presente; y, al aceptar lo que hay, sin pretender que sea de otra manera, aparece una plenitud interna, y no necesitamos buscar en un futuro incierto algo que nos de felicidad.


 

La Atención Plena tiene poco que ver con la religión, pero intenta apreciar el profundo misterio de estar vivos y de reconocer que estamos vitalmente conectados a todo lo que existe.

 

Cuando nos comprometemos a prestar atención de una forma abierta (sin dejarnos atrapar por lo que nos gusta o nos disgusta, nuestros prejuicios o nuestras opiniones, nuestras proyecciones y expectativas), se abren nuevas posibilidades ante nosotros y se nos presenta la oportunidad de estar más concientes, liberándonos de la fuerza de la inconsciencia.

 

No se trata de un sistema de creencias o ideología, sino que simplemente es una forma de práctica de estar más en contacto con la plenitud de nuestro ser por medio de un proceso sistemático de auto-observación, de auto-indagación y de acción atenta; se caracteriza por la amabilidad y la capacidad de apreciar, siendo además una fuente de nutrición; también se le llama “corazón pleno”.

 

Al ser la fuerza del condicionamiento con el que funcionamos tan fuerte, se requiere compromiso interno y que hagamos un cierto tipo de trabajo para poder seguir adelante con nuestros intentos de captar los momentos de manera consciente y de mantener la atención plena. Pero es un trabajo satisfactorio, porque nos pone en contacto con muchos aspectos de nuestra vida que, habitualmente pasamos por alto o nos perdemos.

                                                                                               

También se trata de un trabajo esclarecedor y liberador; esclarecedor porque nos permite ver con mayor claridad, comprender profundamente aspectos de nuestra vida que no mirábamos (incluidas emociones profundas como la tristeza, enfados, miedo, heridas..) y a lo mejor no nos permitíamos sostener en la conciencia o expresarlas de manera consciente.

 

Además la atención plena nos puede ayudar a apreciar sentimientos como la alegría, la tranquilidad, la felicidad, que suelen pasar de forma fugaz y sin ser reconocidos.

 

Y es un trabajo liberador en el sentido de que conduce a nuevas maneras de estar en nuestra propia piel y en el mundo, podemos liberarnos de las pautas en las que caemos con tanta frecuencia.

 

Es un trabajo que nos dota de poder, porque el hecho de prestar atención de este modo, permite acceder a reservas muy profundas de creatividad, de inteligencia, de imaginación, de claridad, de determinación, de capacidad de elección y de sabiduría que tenemos en nuestro interior.

 

En general, no se suele estar consciente de la gran cantidad de pensamientos que asaltan la mente durante el día, dejándonos pocos espacios para experimentar el silencio interior, para simplemente ser, sin correr de aquí para allá haciendo cosas constantemente. Con frecuencia nos dejamos arrastrar por impulsos, actuando de manera mecánica e inconsciente que a veces nos conduce a lugares donde quizá no deseábamos ir o ni sabíamos que nos dirigíamos.

 

Meditar es salir de la corriente de pensamientos, sentarnos a su orilla y escuchar, aprender de ella y, utilizar su energía para que, en lugar de dominarnos, nos sirva de guía. Este proceso, requiere energía, es el cultivar nuestra capacidad de estar en el momento presente.

 

La esencia de la práctica se puede resumir en el siguiente poema:

 

“En la meditación se trata de ver claramente el cuerpo que tenemos, la mente que tenemos, la situación que tenemos en casa y la gente que hay en nuestras vidas. Se trata de ver cómo reaccionamos a todas estas cosas. Se trata de ver cómo son ahora mismo nuestras emociones y pensamientos, en este preciso instante, en esta habitación, en este asiento. Se trata de no intentar que desaparezcan, de no pretender ser mejores de lo que somos, sino de ver con precisión y con ternura.”

                                                                                                 Pema Chödrön (2001)

 

 

Se trata de llevar la atención al momento presente, a lo que está sucediendo en el momento presente y mantenerla allí, “me siento enfadado, me siento alegre, estoy tomando un té,..…etc.”, observar los contenidos de la conciencia es estar practicando Mindfulness.

 

  Ajahn Chah decía:

               “Aparezca lo que aparezca en tu mente, simplemente obsérvalo”.

  

Para ilustrar cómo funciona la Atención Plena, podemos comparar la mente con la superficie de un lago o del océano. En el agua siempre hay olas, a veces son grandes, a veces pequeñas y otras veces casi imperceptibles. Las olas surgen en la superficie del agua porque la agitan los vientos, que vienen y van, y cambian de dirección y de intensidad, tal y como lo hacen los vientos del estrés y del cambio en nuestras vidas, que forman olas en nuestra mente.

 

Hay personas que piensan que la meditación es una manipulación interna especial que acabará con las olas para que la superficie de la mente quede lisa, tranquila, calma.

 

Pero, así como no podemos calmar las olas poniendo una lámina de cristal sobre la superficie del agua, tampoco podemos eliminar las olas de nuestra mente de manera artificial, e intentarlo creará más lucha y tensión interna, en vez de calma. Tampoco significa que sea imposible conseguir la calma, lo único que ocurre es que no podemos conseguirla con intentos disparatados de eliminar la actividad natural de la mente.

 

Gracias a la meditación nos resguardamos de los vientos que agitan la mente, y, con el tiempo es posible que gran parte de las turbulencias se vayan calmando, al no alimentarlas continuamente. Pero, a la larga, los vientos de la vida y de la mente soplarán, hagamos lo que hagamos, y la meditación nos ayuda a saber algo de esto y cómo trabajar con ellos.

 

                   “No puedes detener las olas, pero puedes aprender a surfear.”

 

La meditación no tiene que ver con sentirnos de un modo determinado. Tiene que ver con “sentirnos como nos sentimos”. No se trata de vaciar o calmar la mente, aunque la calma se vuelve mas profunda con la meditación y puede cultivarse de manera sistemática. La meditación tiene que ver con permitir que la mente esté como está, y con tener cierto conocimiento acerca de cómo está en este momento, observar la respiración, observar la mente, permitirnos a nosotros mismos estar donde ya estamos. Requiere energía y compromiso para perseverar, requiere cierta disciplina para convertirla luego en parte de nuestra vida. La clave está en consciencia e intención.

  

Ejercicio de atención a las sensaciones corporales

                             

Elige un sitio tranquilo, siéntate cómodamente, cierra los ojos y nota lo que se siente al estar en tu cuerpo.

Fíjate en las sensaciones del cuerpo, cómo van y cómo vienen, sin prestar atención a ninguna de ellas en particular.

Si es una sensación agradable, percíbela y déjala ir.

Si es desagradable, también la percibes y la dejas ir.

¿Quizá sientes calor en las manos, presión sobre el asiento, hormigueos en la frente? Observa estas sensaciones como una madre miraría a su bebé recién nacido, preguntándose qué es lo que siente.

Observa lo que aparezca, una sensación tras otra.

Tómate tiempo.                                          

Después de cinco minutos, abre los ojos lentamente.

 

 

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Beneficios de Mindfulness en trastornos de ansiedad y estrés:

  • Disminución de los niveles de ansiedad y estrés.
  • Aumento de la capacidad de enfrentarse a situaciones estresantes.
  • Estabilidad de las funciones cardiaca y respiratoria.
  • Aumento de la capacidad de concentración y de la memoria.
  • Aumento de la eficiencia en la capacidad de aprendizaje.
  • Incremento de la habilidad para relajarse.
  • Sintonización armónica de la mente y el cuerpo.
  • Aumento de la disposición del organismo a curarse a sí mismo.
  • Aumento de la capacidad de reflexión.
  • Incremento de la capacidad creativa.
  • Aumento considerable de la capacidad de visualización interna.
  • Disminución de la tensión arterial.
  • Aumento de la facilidad de pensar en positivo.
  • Aumento de la confianza en sí mismo.
  • Mejora en la circulación sanguínea.
  • Normalización de la respiración.
  • Modificaciones electroencefalográficas de ondas Beta a ondas Alfa.
  • Aumento de la oxigenación cerebral.
  • Aumento de la recuperación física y mental.
  • Ensanchamiento del campo de conciencia.
  • Mejora en la calidad del sueño…




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Comentarios: 6
  • #1

    benjamin miranda luque (jueves, 27 marzo 2014 12:32)

    Gracias por la información concreta y detallada de algo tan simple y para mi tan cierto; desde hace unas semanas asisto aún curso de meditación con Brahma Kumari una asociación que imparte cursos de pensamiento positivo, pero introduce temas como la reencarnación y otros aspecto del budismo, ¿ practicar la tecnica de atención plena en colectivos budistas es conveniente o dificulta la meditación racional? gracias

  • #2

    juani (jueves, 27 marzo 2014 15:45)

    Hola Benjamin, hay distintos tipos de meditación, todas basicamente coinciden en aprender a observar sin juicio los contenidos de la mente, los pensamientos, sentimientos, sensaciones corporales.... tomando distancia, dandote cuenta que no eres nada de lo que cambia, no eres estos contenidos, eres el observador, el testigo de lo que acontece, para la práctica de la atencion plena, no es necesario tener determinadas creencias religiosas, ni creer en la reencarnacion, etc.. a veces llaman meditaciones a ciertas prácticas que son mas bien visualizaciones o concentraciones. En la atención plena, como has leido, se trata de habilitar a esa parte de ti que atestigua, observa sin juicio, sin razonar, sin preferir, sin rechazar....mediante la mirada simple, con la inocencia de un niño...
    Gracias por participar, un cálido abrazo
    Juani

  • #3

    Pavel (lunes, 17 agosto 2015 14:43)

    me gustaria conocer de 2 a 3 ejercicios de atención plena que no superen los cinco o seis minutos de practica.

    Gracias por el artículo.

  • #4

    Elizabeth (miércoles, 07 marzo 2018 16:42)

    Estamos discutiendo este tema en la clase de psicología. Sin duda alguna, uno de los conceptos más completos y útiles que he escuchado. El hecho de que tantas cosas podrían evitarse si pusieramos más atención a lo que sentimos y sienten los demás. Pienso que deberían enseñarlos desde temprano en los colegios, y me pregunto por qué es tan poco famoso este concepto si se integró a la psicología desde 1979 y existe desde mucho antes. Me apena que ignoremos o nos mantengamos ignorantes a conceptos tan útiles. Gracias por esto, me ha ayudado mucho en la clase.

  • #5

    JORGER RICO (viernes, 04 mayo 2018 17:44)

    BIEN ESCRITO.

  • #6

    Juani (viernes, 04 mayo 2018 18:15)

    me alegro te sea util Elizabeth!
    un abrazo

La Meditación Revela y cura

                        

            Cuando nos sentamos a practicar atención mental nuestro cuerpo y nuestra mente pueden estar en paz y en completa relajación. Pero este estado de paz y relajación difiere fundamentalmente del estado mental perezoso y semiconsciente que observamos cuando estamos descansando o dormitando. Al sentarse en ese estado perezoso y semiconsciente, tan lejano de la atención mental, es como sentarse en una cueva oscura.

  Con atención mental no sólo estamos descansados y felices, sino también alertas y despiertos. La meditación no es una evasión, en un sereno encuentro con la realidad. La persona que practica la atención mental debe estar tan despierta como el conductor de un coche: sino está despierta le poseerán la dispersión y el olvido, tal y como un conductor que no está despierto puede fácilmente causar un grave accidente.

  

  Debes permanecer tan despierto como una persona que camina sobre unos altos zancos-cualquier paso en falso puede llevarle a la muerte-. Debes ser como un caballero medieval que anda desarmado por un bosque de espadas; debes ser como un león que avanza con pasos lentos suaves y firmes. Sólo con esta clase de vigilancia puedes realizar el Despertar total.

 

   Para los principiantes se recomienda el método de simple reconocimiento. Este reconocimiento debe hacerse sin juicios; tanto los sentimientos de compasión como los de irritación deben ser bienvenidos, reconocidos y tratados igual porque ambos son nosotros.

 

    Cuando estamos poseídos por la tristeza, la ansiedad, el odio o una u otra pasión, encontramos difícil de practicar el método de la meditación en un sólo objeto, utilizando nuestra mente como el sujeto de la meditación. Esta meditación revela y cura. La tristeza o la ansiedad, el odio o la pasión revelan su verdadera naturaleza bajo la mirada de nuestra concentración y meditación. Esa revelación conduce naturalmente a la curación y la emancipación; la tristeza o cualquier otra cosa que haya sido la causa del dolor, puede ser utilizada como un medio para la liberación del tormento y del sufrimiento; podemos decir que es un clavo que saca a otro clavo.

  Debemos tratar a nuestra ansiedad, nuestra pena, nuestro odio o nuestra pasión cuidadosamente, con respeto, sin resistirnos, sino viviendo con ellos, haciendo las paces con ellos, y penetrando en su naturaleza con la meditación en la interdependencia.

 

 Un practicante serio sabe cómo seleccionar objetos de meditación que encajen en la situación. Los objetos de meditación tales como la interdependencia, compasión, sí mismo, el vacío, el desapego, pertenecen a la categoría de meditaciones que tienen el poder de revelar y curar.

   Ahora bien, la meditación en esos objetos sólo tendrá éxito si tenemos cierto poder de concentración. Ese poder lo obtendremos con la práctica de la atención mental en la vida cotidiana, con la observación y el reconocimiento de todo lo que suceda.


  El objeto de la meditación debe ser una realidad que tenga verdaderas raíces en nosotros, no puede ser un tema de especulación filosófica.

  Debe ser como una comida que deba ser guisada a fuego fuerte durante mucho tiempo. La ponemos en la cazuela, la tapamos y encendemos el fuego. La cazuela somos nosotros y el calor usado para guisar es el poder de la concentración. La energía viene de la continua práctica de la atención mental. Si no hay suficiente calor, la comida no se hará nunca, pero una vez hecha, la comida revela su verdadera naturaleza y nos ayuda a llegar a la liberación.

 

                                                                                 Thich Nhat Hanh

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Comentarios: 1
  • #1

    mireya (martes, 24 julio 2018 01:16)

    me siento agradesida de llegar a esta paguina a Dios a ustedes de aprender estos conocimientos de concentracion plena ,meditacion mil gracias es maravilloso

 

 

La Práctica de la Meditación- Ajan Chah

 

  Si usted quiere estar por aquí para conocer al futuro Buda, entonces no practique.

  Probablemente estará por aquí lo suficiente como para verlo cuando venga.

 

  He oído a la gente decir: "¡Oh!... este fue un año muy malo para mí". "¿Cómo es posible?", les pregunto. "Estuve enfermo todo el año", responden. "No he podido practicar para nada." ¡Oh! Si no practican cuando la muerte anda cerca, ¿cuándo van a practicar entonces? ¡No! Se pierden cuando hay felicidad.

Si están sufriendo, a pesar de eso no practican. Cuando eso pasa se pierden también. No sé cuándo cree la gente que va a practicar.

 

  No piense que sólo sentándose con los ojos cerrados usted practica. Si piensa de esta manera, entonces cambie rápidamente su forma de pensar.  La práctica sostenida consiste en mantener la atención plena en cada postura, ya sea sentado, caminando, parado o acostado. Cuando deja de estar sentado, no piense que está saliendo de la meditación, sino que sólo está cambiando de postura. Si piensa así, tendrá paz.

Dondequiera que se encuentre, tendrá esa disposición de práctica constantemente. Conservará una continua atención plena dentro de usted mismo.

 

  "Hasta tanto no haya alcanzado la Suprema Iluminación no me levantaré de este lugar, aún si mi sangre se seca completamente." Leyéndolo así en los libros usted puede pensar en probarlo por sí mismo. Usted lo haría así como lo hizo el Buda.   Pero no ha considerado que su automóvil es nada más que uno pequeño. El automóvil del Buda era,

realmente, uno grande. Él podía hacerlo todo de una sola vez. ¿Cómo se le puede ocurrir que es capaz de comprenderlo todo de una sola vez con su pequeño, diminuto automóvil? Es una historia totalmente distinta.

 

  Fui por todas partes buscando lugares para meditar. No me di cuenta de que el lugar ya estaba allí, en mi corazón. Toda la meditación está allí, dentro de usted. Nacimiento, vejez, enfermedad y muerte, están justo allí, dentro de usted. Viajé por todas partes hasta que estuve a punto de caer muerto de cansancio. Sólo entonces, cuando me detuve, encontré lo que estaba buscando, dentro de mí.

  Nosotros no meditamos para ver el cielo, sino para terminar con el sufrimiento.

 

  No se apegue a visiones ni a luces durante la meditación, no vaya detrás de ellas para nada. ¿Qué es lo que hay de extraordinario en la luminosidad? Mi linterna la tiene. No puede ser de ayuda para liberarnos de nuestro sufrimiento.

Cuando se encuentre sentado en meditación, diga, frente a cada pensamiento que pasa por ahí: "Ese no es asunto mío."

 

  Debemos practicar cuando estamos desganados y no únicamente cuando nos sentimos llenos de energía o de humor para hacerlo. Eso es practicar de acuerdo a la enseñanza del Buda. De ser por nosotros, practicamos solamente cuando nos sentimos bien.

  ¿Cómo vamos a llegar a alguna parte de ese modo? ¿Cómo vamos a cortar la corriente de las impurezas cuando practicamos sólo de acuerdo a nuestros caprichos?

 

  En cualquier cosa que hagamos, debemos observarnos a nosotros mismos. La lectura de libros nunca origina nada. Los días pasan pero no nos observamos. Saber sobre la práctica es practicar para saber.

 

  Por supuesto que hay docenas de técnicas de meditación, pero todas ellas se resumen únicamente en esto: dejar que todo sea. Colóquese aquí a un lado, donde hay calma, fuera de la batalla. ¿Por qué no prueba?

 

  Quedarse sólo pensando en la práctica, es como tratar de hacer un agujero en la sombra y no darse cuenta de lo esencial.

 

  Cuando había practicado tan sólo durante algunos pocos años, aún no podía confiar en mí mismo. Pero una vez que obtuve mucha más experiencia aprendí a tener confianza en mi propio corazón. Cuando usted posee esta profunda comprensión, cualquier cosa que pase, usted puede dejarla pasar, y todo sólo brotará y morirá. Usted llegará a un punto en el que el corazón en sí dice qué hay que hacer.

 

  En la práctica de la meditación, es peor, en verdad, estar atrapado en la serenidad que atascado en la inquietud, debido a que al menos usted querrá escapar de la inquietud, en tanto que se halla satisfecho con permanecer en la calma sin ir más allá.

 

 

  Cuando los estados de claridad gozosa se manifiesten durante la práctica de la meditación no se apegue a ellos.

  En la meditación se trata únicamente de la mente y las sensaciones. No es algo que usted tenga que perseguir o algo con lo que tenga que luchar.  La respiración continúa mientras trabaja. La naturaleza cuida de los procesos naturales. Todo lo que tenemos que hacer es estar atentos, volviéndonos hacia nuestro interior para observar claramente. Así es la meditación.

 

  No practicar adecuadamente es estar desatento. Estar desatento es como estar muerto. Pregúntese a sí mismo si tendrá tiempo para practicar cuando muera. Pregúntese continuamente: "¿cuándo moriré?" Si lo contemplamos así, nuestra mente estará alerta en cada segundo, la cautela siempre estará presente y la atención plena y concentrada seguirá automáticamente. Surgirá la sabiduría al observar cómo son las cosas en realidad. La atención plena y concentrada protege a la mente de tal modo que ella sabe cuándo surgen las sensaciones a cada momento, noche y día. Tener atención plena y concentrada significa estar tranquilo. Estar tranquilo significa ser cuidadoso. Si uno es cuidadoso, entonces uno practica como se debe.

 

  Al principio usted se apura para avanzar, se apura para regresar y se apura para detenerse. Usted continúa así con la práctica hasta que llega a un punto donde parece que no se trata de avanzar, ni de regresar, ¡ni tampoco de detenerse! Se terminó. No hay un detenerse, ni un ir hacia delante, ni un volver atrás. Se terminó. En ese momento usted se dará cuenta de que allí, en realidad, no hay nada de nada.

 

  Recuerde que usted no medita para "obtener" nada, sino para "quitarse" cosas de encima. Lo hacemos, no con deseo, sino con desprendimiento. Si "quiere" alguna cosa, no la encontrará.

 

  El corazón del sendero es bastante simple. No hay necesidad de explicar nada extensamente. Libérese del amor y del odio y deje que las cosas sean. Eso es todo lo que hago en mi propia práctica.

 

  Haciendo preguntas fuera de propósito revela que usted todavía está atrapado en la indecisión. Hablar sobre la práctica está bien si ayuda a la contemplación. Pero depende de usted mismo ver la Verdad.

 

  Meditamos para aprender cómo dejar ir, no para incrementar nuestro apego a las cosas.

La iluminación se manifiesta cuando usted deja de querer absolutamente todo.

 

  Si tiene tiempo para estar atento, entonces tiene tiempo para meditar.

 

  Hace poco alguien me preguntó: "A medida que meditamos varias cosas se presentan en la mente; ¿deberíamos investigarlas o sólo notarlas yendo y viniendo?" Si usted ve pasar a alguien a quien no conoce, podría preguntarse: "¿Quién es? ¿Dónde va? ¿Qué hace aquí?" Pero, si conoce a la persona, es suficiente con notar su paso.

 

  El deseo en la práctica puede ser un amigo o un enemigo. Como amigo, hace que tengamos ganas de practicar, de comprender, de terminar con el sufrimiento. Pero estar siempre deseando algo que no ha surgido aún, querer que las cosas sean de otra manera, solamente causa más sufrimiento, y éste es el caso cuando el deseo puede ser un adversario. Al final, debemos aprender a deshacernos de todos nuestros deseos, aún del deseo de alcanzar la iluminación. Sólo entonces podemos ser libres.

 

 

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