La palabra yoga significa “unión”, “integración”.
El yoga busca la armonía en los tres planos existenciales: mente, cuerpo y espíritu. La mente trabaja coordinadamente con el cuerpo.
Muchas personas se preguntan qué es el yoga científico. En principio es un estado de bienestar y de armonía en los tres planos existenciales: mente, cuerpo y espíritu; y científico porque es una ciencia, y como ciencia permite investigar, actualizarse y adaptarlo a las necesidades de la sociedad.
El yoga científico se basa en la psicología y en la psicosomatología (porque lo que enferma al cuerpo es la
mente). Se fundamenta especialmente en la respiración, tomándola como esencia de vida y con un concepto claro de su funcionamiento. La respiración corresponde al sistema respiratorio en donde el
órgano más importante es el pulmón, y el músculo que se moviliza el diafragma.
Si hablamos de salud, debemos estar preparados para
inducir a un conocimiento científico donde el respirar correctamente mejora, renueva y optimiza todas las células
del cuerpo.
Esta metodología científica apunta a que el practicante pueda recibir información, y desarrollar una escucha
activa para poder entender y coordinar adecuadamente los distintos segmentos corporales.
Este entrenamiento permite que la mente trabaje
coordinadamente con el cuerpo y que no esté disociada como pasa cuando se mira al otro. La observación constante del instructor permite corregir y adecuar las posturas de acuerdo a las
necesidades de cada uno. No se trabaja con rutinas porque estructuran y la mente se distrae: las clases son variadas y dinámicas pasando por posturas de equilibrio, elongación, fuerza,
flexibilidad y movimientos libres, siempre con la consigna de respirar adecuadamente en cada postura. La concentración se logra a través del proceso de aprendizaje de pensar, sentir y disfrutar el cuerpo logrando hacer un insight para lograr lo cambios necesarios.
La ventaja de la relajación es que tan pronto se comienzan a practicar todas estas técnicas, se toma conciencia de
cuáles son las partes del cuerpo más propensas a la rigidez y al dolor. Esto ayuda a mantenerse alerta respecto a los factores que podrían generar tensión: el porte, la indumentaria, el ambiente
laboral, el hogar o la manera en que se utiliza el cuerpo.
A medida que la práctica permita darnos cuenta que
el cambio comienza en cada uno, se comprende que la meditación también resulta importante porque es un mecanismo innato que todos tenemos pero que no siempre encontramos: una capacidad universal
y un don natural que se puede activar y usar.
Nos basamos, fundamentalmente, al hablar del yoga en:
Asanas: son posturas adoptadas con el cuerpo que se mantienen un mínimo de 3 segundos, son solo un aspecto del yoga, pero para el occidental sedentario es un elemento que le provoca efectos rápidos y tangibles. En estas posturas hay músculos que se contraen y se tonifican y otros que se relajan y flexibilizan.
Respiración: toda respiración busca la incorporación de oxigeno y la eliminación de dióxido de carbono. En yoga se buscan respiraciones profundas y lentas. Se trabaja
con respiraciones completas usando la zona abdominal, costal y clavicular, buscando así, una mejor y mayor oxigenación. No olvidemos que una correcta respiración también produce relajación física
y mental.
Relajación: sin relajación no hay yoga. Se comienza con la parte física para lograr la relajación psíquica.
Visualizaciones: son elementos importantes del yoga, buscando producir sensaciones placenteras de paz y felicidad en todo el ser.
Meditación: estar atentos y conscientes momento a momento a los pensamientos, sentimientos, cuerpo, sin juzgar; estar en el aquí y ahora.
ALGUNOS DE LOS MUCHOS BENEFICIOS:
* Corrige las deficiencias de la columna vertebral.
* Fortalece los músculos y aporta flexibilidad.
* Lubrica articulaciones, rejuveneciéndolas.
* Mejora la circulación sanguínea.
* Revitaliza las células.
* Estimula el sistema Inmunológico y linfático.
* Regula la actividad hormonal.
* Calma el sistema Nervioso (combate el estrés,
la angustia y la ansiedad).
* Mejora las dolencias crónicas y psicosomáticas.
* Te ayuda a conocerte y comprenderte mejor.
* Aporta valor y confianza para afrontar las dificultades cotidianas.
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