El trabajo sobre sí mismo en el paradigma Transpersonal implica mirar la realidad de una manera diferente a como se suele ver.
Para empezar, consideramos las experiencias como procesos evolutivos, cada acontecimiento como la expresión de la conciencia, del potencial que se va desplegando, actuando en las formas. De este modo, no somos víctimas de las circunstancias, sino que somos co-creadores, responsables de “crear” una vida con sentido, saludable, provechosa.
Bajo la mirada de este paradigma, todo acontecimiento forma parte de un camino evolutivo de desarrollo hacia algo cada vez más complejo, esto nos da un soporte interno a la hora de atravesar las crisis y de acompañar a otras personas a transitarlas, y poder soportar el dolor, la adversidad, con mayor fortaleza. Esto se traduce en un desapego que nos permite transitar las crisis tomándolas como experiencias pasajeras y necesarias para nuestra evolución, pudiendo rescatar luego el valor, significado de lo aprendido.
La conciencia humana se va abriendo paso a través de los impedimentos, ya en su época, Jung y el mismo Assagioli, lo comparaban con la metáfora de una planta encerrada en una habitación donde hay muy poca luz, la planta para proveerse de los nutrientes de la luz del sol, dirige su crecimiento hacia la luz que se filtre por cualquier hendija, se retuerce, pero siempre estirándose todo lo posible para alcanzar esa luz.
El avance no es en línea recta, sino más bien se asemeja a un espiral: un punto virtual, en el centro, y una expansión hacia afuera, donde hay aparentes retrocesos que, si los vemos en perspectiva, forman parte del avance.
Todo evoluciona de esta manera: la persona, una pareja, una empresa, un país, la humanidad………
“Como es arriba es abajo”
Fuente: Centro Transpersonal Bs.As.
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