"Al personaje -de la película de la vida-, que se ha dado cuenta de que es sólo un personaje, ya no le importa lo que pasará al final de la película."
Ramesh Balsekar
La vida es como una obra de teatro o como una película. Desempeñamos durante gran parte de ella diferentes personajes según la ocasión, según las circunstancias. Mientras estamos identificados con ese personaje, sufrimos al atravesar circunstancias “adversas” y gozamos cuando la situación la consideramos “favorable”.
El estar identificado con el personaje de la obra, significa estar dormido creyendo ser ese personaje del sueño.
Pero cuando nos despertamos, cuando nos damos cuenta que sólo es un personaje, nos abrimos a una nueva dimensión, que quizá alguna vez intuimos o experimentamos, una dimensión que trasciende al personaje.
Ese darse cuenta, rompe con la identificación, y se comprende la impermanencia, el cambio, el desapego y es cuando ya no resulta interesante, ni necesario saber “el final de la obra, de la película”, ya que lo único realmente importante es vivir momento a momento, el presente, el ahora, en donde reside la dimensión del ser.
Namaste
Juani
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