La Conciencia y las Subpersonalidades

  

  A nivel de la personalidad, estamos compuestos por una gran variedad de “subpersonalidades”, y cada una es como si tuviera “vida propia”, algunas se van gestando en la niñez para “proteger” nuestra vulnerabilidad básica.

   Algunas con las que nos identificamos son más conscientes y “pesadas” que otras que nos pasan desapercibidas, y si no les prestamos atención funcionan de manera inconsciente, es importante oírlas a todas, reconocerlas y respetarlas; también es importante que estas entidades no son sólidas, como parece cuando decimos “yo”, sino que son transitorias, que salen ante determinadas situaciones y luego se desvanecen para dar lugar a otra identidad, ninguna de ellas es nuestra identidad esencial, pero, al actuar desde ellas, actúan como si fueran algo real.

 

  Estas subpersonalidades tienen la particularidad de que están como en compartimentos separados, que cada una es ajena de la existencia de las otras; cada una tiene sus opuestos bien definidos, lo que sucede, es que, generalmente o están latentes, o han sido repudiadas, negadas y han pasado a formar parte de “la sombra”, nuestro ego no las controla y cuando salen suelen ser perturbadoras.

 

Básicamente hay dos grupos de subpersonalidades:

 

       - Las que tienden a ser más conservadoras: tienden al orden y a la seguridad, son críticas y cautas, tienen que ver con nuestro sentido común, nos ayudan al autocuidado, a ir a favor de la ley, ganarnos la vida y encajar con otros.

 

         - Las que tienden a ser más creativas: se acomodan a la libertad, al amor, a la auto-expresión, a la excitación y a la diversión, a la creatividad y seguir adonde la vida nos lleve.

 

   A veces, ambos grupos entran en conflicto, es el ego el encargado de activar a los diferentes personajes, es recomendable escuchar a todas nuestras partes, reconociendo nuestras necesidades reales, ya que nuestra psique es auto-reguladora, o sea que, por cada energía que exista en cada persona, hay otra que es su opuesta para equilibrarla. Nuestro cerebro es holográfico y nuestra realidad holística. Es importante descubrir y equilibrar los personajes.

 

Las subpersonalidades son:

 

1- El niño interior (la mas importante).

           * el niño vulnerable.

           * el niño herido.

           * el niño festivo.

           * el niño mágico.

                                                                                                             

2- El padre interior.

           * el padre cuidador.

           * el protector.

           * el controlador.

           * el jefe.

 

3- El complaciente.

 

4- El crítico interior.

 

5- Otros: el intelectual, el padre racional, el impersonal, el romántico, la víctima, el mediador, el guerrero, el aventurero, el nómada, el vidente.

 

   También es importante recordar que como bien se ha estudiado en la neurobiología, en cada subpersonalidad se activan diferentes neurotransmisores, no es la misma la neuroquímica cuando estamos fastidiados y reactivos, que cuando estamos amorosos y compasivos, o sea que lo psicológico tiene su correlación en los “material”, en lo fisiológico.

 

  Otro aspecto importante de las subpersonalidades, es que solemos atraer a las personas en las que proyectamos partes internas nuestras, las relaciones son espejos de nuestro yo, y a veces son dolorosas porque no reconocemos esos reflejos como partes nuestras que no habíamos percibido.

   Nos atraen las cualidades del otro que son energías dormidas en nosotros y nos resuenan al proyectarlas afuera, y nos duelen aspectos del otro que no pudimos reconocer y aceptar en nosotros, de ahí la importancia de darnos cuenta de su existencia, no es necesario convertirse en esas energías que repudiamos, alcanza con reconocerlas y aceptarlas.

 

  Si esa energía no se observa y acepta, al repudiarla pasa a formar parte de la sombra, en el inconsciente y se torna negativa y destructiva, nos consume y nos vacía, sale de nuestro control, nos puede afectar tanto como un alimento no digerido, muchas enfermedades tiene que ver con estas represiones, además son como un imán que nos hacen atraer experiencias dolorosas o molestas, similares a esa energía.

   Atraemos aquello que repudiamos, y es cuando podemos observar y aceptar que aquella persona es nuestro maestro para desenterrar e integrar partes nuestras reprimidas, lo cual no significa que debamos aplaudir la conducta del otro, pero si que aprendamos a aceptarlo, para poder integrar, armonizar internamente nuestra subpersonalidad negada. Nuestros amigos y nuestros enemigos, están en nuestro interior.

 

La solución:

  Auto-observación, reconocimiento, aceptación de esas subpersonalidades, y desidentificación, sólo son una parte de nuestra personalidad.

 

  El ver desde el observador a estas subpersonalidades permite sacar provecho de ellas, ver el conflicto sin quedar identificados. El autoconocimiento, permite al ego contener la tensión de los opuestos, tener paciencia a la hora de encontrar soluciones creativas al conflicto interior, sin tener que oscilar de un extremo al otro. La solución estará cuando el ego acepte esa parte repudiada.

 

   Cultivar el amor a la no crítica, la autoaceptación, no hay un yo bueno o malo, sólo son opuestos energéticamente, debemos desarrollar un ego consciente que pueda abrazar y equilibrar sus propias personalidades, abrazar los opuestos.

 

   Es importante comprender que no somos nuestros estados de ánimo, sino la entidad que los experimenta. Se trata de no darle tanta importancia a lo que hacemos, sino de estar plenamente conscientes de lo que estamos actuando, y, elegir responder, en vez de reaccionar (automatismo); darnos un espacio para ser lo que queramos ser.

  Al darnos cuenta de qué parte de nosotros mismos está actuando, más fácil es aceptarnos y menos nos juzgamos, sentimos menos amenaza o críticas internas cuando aparecen personas que encarnan esos aspectos nuestros no tan deseados.

                                                                                Juani

 



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