Isha-La revolución de la consciencia

  

 Isha es una maestra espiritual muy reconocida por la labor de llevar su mensaje de paz al mundo entero. En su libro La revolución de la conciencia, Isha responde a las preguntas que han desconcertado a la humanidad.


 ¿Es posible que las personas eleven su estado de conciencia sin utilizar una herramienta de trabajo espiritual?

  Estamos todos muy dormidos desde que creamos la separación de nosotros mismos y comenzamos a jugar dentro de la ilusión un cien por ciento. Pero no nos damos cuenta que es un juego. Creemos que es real, y somos como pequeños robots marchando hacia la guerra. Jugamos dentro de las leyes de la ilusión –aspiramos las mismas cosas– pero finalmente llegamos a un punto en el que nos damos cuenta que nada de eso nos satisface.

  Y entonces generalmente creamos algo afuera que nos causa el retornar a casa; el retornar a la verdad. Cuando vives constantemente en la ilusión, el espíritu se adormece, y entonces la conciencia crea algo en el afuera para moverte a regresar a casa.

   Algunas personas escuchan ese llamado y otras no. Algunas personas se siguen persiguiendo incansablemente la cola y continúan haciendo lo mismo por toda la eternidad, pero muchos otros escuchan el llamado de sus corazones.

   Así es que para poder expandir la conciencia uno tiene que conocerse a uno mismo. Uno tiene que ir hacia adentro, al centro del amor, y uno tiene que expandir eso para poder elevar la conciencia. Tienes que ir adentro y enfocarte en lo que es real, o de lo contrario seguirás usando los mismos anestésicos para enfocarte en un nivel superficial, y esos anestésicos inevitablemente nos destruyen.

   De modo que sin ir hacia adentro, no, no podemos expandir la conciencia.   No hay una varita mágica, solo hay un llamado para volver a casa. Para volver a casa, al corazón.

 

 Me enseñaron que no era bueno amarme a mí mismo, que eso era ser egoísta, y que siempre debía poner a los otros antes que a mí. Por eso motivo, tengo el hábito de siempre dejarme para el final.

 

   Quiero hablar sobre el ego. La gente piensa que el ego es sentirnos orgullosos de nosotros mismos, o amarnos a nosotros mismos, pero ese no es el ego. El ego es miedo. El ego es lo que nos mantiene pequeños. Es esa vocecita que dice, “tú no eres lo suficientemente buena para eso”, “estás siendo egoísta”, “no eres lo suficientemente bonita”, “hay algo malo contigo”, “estás siendo muy orgullosa”, o “¡Estás sobresaliendo mucho!”.

   Ese es tu ego. El ego te mantiene en dualidad. Te mantiene en el miedo. Te mantiene pequeño. Te dice que hay algo malo, y que amarnos está mal.

La única manera de encontrar la libertad es a través del amor incondicional hacia ti mismo.

   Es la única forma. Porque somos perfectos. Somos humanos y estamos teniendo una experiencia humana. No somos humanos teniendo una experiencia idílica y santa. Eso no es verdad. Somos humanos. Nos enojamos, nos ponemos tristes, somos egoístas, somos amorosos, somos generosos, lo somos todo. Mentimos, nos escondemos, hacemos de todo. ¡Somos humanos!

   Y a medida que nuestra conciencia se expande, comenzamos a actuar desde la verdad. Pero la verdad es experimental. No es un ideal o un conjunto de reglas.  No es ser una “buena persona”. La verdad viene del amor. El amor no miente, no se aferra. No es egoísta. El amor da. Pero tienes que darte a ti mismo primero, y luego, viene naturalmente.

   Tantos de nosotros nos abandonamos a nosotros mismos a causa de este ideal de lo que es ser una “buena persona”.

   Nuestros padres nos enseñan eso. La sociedad nos enseña eso. Pero tenemos que amarnos exactamente como somos. Y tenemos que amar todas esas partes que juzgamos también.

   Todos tenemos partes que juzgamos. Todos hemos tenido secretos, cosas que creemos que hicimos mal, por las cuales somos duros con nosotros mismos. Es todo basura. No es verdad. Nunca hiciste nada malo. Nunca. Solo estás teniendo

una experiencia. Y puedes optar por otra cosa en cada momento. Dite a ti mismo: “no me gustó esa elección. Ahora voy a hacer una nueva”.

   Se trata de ser gentil. Y amarte a ti mismo exactamente como eres. Esa es la verdad.

   Esa fue la mayor sorpresa cuando desperté. Me di cuenta: “¡nunca hice nada malo!” ¡Porque yo nací sintiéndome culpable! Vivía diciendo, “¡¿ por qué hice eso?!”

   Así es que sólo sé gentil.

Cuando nos identificamos con nuestras carencias, nuestros apegos, nuestras transigencias, los abandonos a nosotros mismos, eso nos mantiene pequeños y codependientes. Eso es egoísmo. Es egoísta no estar centrado en uno mismo.

   Para poder dar amor a los demás, primero tengo que ser el amor. Tengo primero que amarme a mí.

 

 ¿Por qué los seres humanos sufren?

   Los humanos sufren constantemente porque tienen una idea de cómo las cosas tienen que ser. Tienen una idea de qué es lo apropiado y qué es lo inapropiado. Y tienen una idea de cómo sus parejas –y los miembros de su familia, sus jefes, y todos– se tienen que comportar para que ellos sean felices.

   Son incapaces de adaptarse a los constantes cambios en su universo, y en lugar de rendirse a cada momento y darse cuenta que la situación externa cambia todo el tiempo, tienden a tomar todo en forma personal y percibirlo como inapropiado, o como carente de cuidado o carente de respeto.

   Estamos tan apegados a la aprobación y al apoyo y al comportamiento de todos fuera de nosotros, que cuando eso cambia nosotros sufrimos.

 

 ¿Cómo pueden la guerra y el hambre ser entendidos como una expresión de amor?

   Es imposible para una mente iluminada explicarle a alguien que está experimentando la dualidad, cómo el amor puede ser encontrado en estas experiencias.

   Mi experiencia es que la vida es un juego. Es un juego de dualidad.

   De modo que tenemos abundancia y tenemos hambrunas. Tenemos guerras y tenemos la unión de los Juegos Olímpicos. Tenemos toda clase de cosas diferentes creando separación, diversidad, tragedia, alegría, y todas las variantes. Todos los colores que crean este paisaje diverso al que llamamos vida.

   No hay nada fuera de ti. Todo está dentro de tu conciencia. De modo que puede cambiar de forma, pero está siempre presente. El amor está siempre presente. Y suceda lo que suceda, no puede ser removido, porque la totalidad es una. Y es completa dentro de cada parte.

   Entonces, es imposible para la totalidad existir sin una parte: la

parte que percibimos desde la dualidad siempre está presente.

Es como cuando pierdes a un ser amado, abrazas ese amor dentro de tu corazón. Porque tú eres ese ser amado. El afuera es sólo un reflejo de la grandeza de quien tú eres.

 

                                                     Isha- Revista Despertar Espiritual

 



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Comentarios: 3
  • #1

    ¿es posible? (domingo, 24 febrero 2013 17:28)

    "La única manera de encontrar la libertad es a través del amor incondicional hacia ti mismo."
    'El amor incondicional hacia mí mismo' exige que 'yo' y 'mí mismo' seamos dos, exige que me divida, exige que haya en mí 'amante' y 'amado'.
    Pero esto es imposible...
    El 'amante' es el 'amado' y una misma cosa no puede tener hacía sí misma un amor incondicional...
    ¿Cómo puede la luz iluminarse a sí misma?

  • #2

    ¿es posible? (domingo, 24 febrero 2013 17:35)

    "Todos tenemos partes que juzgamos."
    Yo soy UNO con TODO y no estoy formado por partes.
    Si juzgo es un concepto que de mí me hago, una imagen mental que de mí tengo, quizá de algún instante pasado en el que hice algo.
    Pero esa imagen, ese concepto es 'vacío', carece de realidad, no existe nada más que en una mente que fabrica 'vacíos' y juzga comparando esos mismos 'vacíos' que fabrica con otros 'vacíos condicionados' que fabricó a partir de la cultura, la educación, la moral, la religión...
    Yo Soy Uno y es la mente la que me divide en partes, me fragmenta.

  • #3

    Juani (domingo, 24 febrero 2013)

    Coincido contigo gracias por participar con tu observación!! Abria que diferenciar, que Isha en estas dos afirmaciones, esta hablando a nivel del ego, que es donde vivo la dualidad y en ese nivel habla de lograr un amor incondicional... y habla de partes nuestras que juzgamos y rechazamos por la educación recibida y el condicionamiento con el que solemos funcionar mientras estamos dormidos.... pero a nivel del ser que somos, no hay separación, el que ama es el amor mismo y no existe la dualidad, sino un potencial para expresar en la vida fenoménica a través de nuestros instrumentos humanos: mente, cuerpo...