La Atención Plena

 

  Es la esencia de la meditación, la atención plena es prestar atención al momento presente sin juzgar. Esta atención logra que desarrollemos una mayor consciencia, claridad y aceptación de la realidad del momento presente. Nos permite despertar al darnos cuenta que nuestra vida sólo se despliega momento a momento.

  Si en la mayoría de estos momentos, no estamos plenamente presentes, nos perdemos muchas experiencias valiosas que nos dan la posibilidad de crecer y transformarnos. Al no estar presentes en el ahora, en lo que está aconteciendo, nuestros comportamientos, acciones se tornan repetitivas, inconscientes y automáticas, motivadas por temores, miedos profundamente arraigados en nuestro subconsciente. Estos, temores, si no nos ocupamos de ellos, tienden a acentuarse con el tiempo, haciéndonos sentir una sensación de estancamiento y de estar desconectados.

  La atención plena nos da la oportunidad de reunir las energías dispersas, se trata de una manera sencilla pero muy efectiva de ayudarnos a salir de ese estancamiento, conectar con nuestra sabiduría interna y recuperar nuestra vitalidad, la creatividad, haciéndonos responsables de la calidad y de la dirección de nuestra propia vida, de nuestra relación con nosotros mismos, con el trabajo, la familia, y con todo el mundo.

 

   Y es que en general, no se está consciente del modo de funcionar de la mente, automático y condicionado, la mente constantemente está asaltada por pensamientos del pasado, de lo que ocurrió, y por pensamientos del futuro, imaginación de algo que no llega, que es incierto, y esto ocurre porque sentimos que en el presente nos falta algo, nos sentimos incompletos, en el presente y entonces proyectamos, imaginamos lo que en el futuro nos traerá la felicidad, la plenitud, pero ese futuro nunca llega, no podemos vivir de imaginaciones, sólo tenemos el presente, cuando llegue ese momento futuro, será también presente, sólo podemos vivir en presente, como dice J. Lennon: “La vida es lo que te ocurre cuando estas haciendo otras cosas”, y por esa dinámica de la mente, se nos escapa la única oportunidad de estar en presente, de vivir realmente.

  Mediante la práctica de la atención plena, volvemos a situarnos en el presente, y al aceptar lo que hay, si pretender que sea de otra manera, aparece una plenitud interna, y no necesitamos buscar en un futuro incierto algo que nos de felicidad.

  Cuando practicamos la atención plena, nos abrimos a esta experiencia, sin dejarnos atrapar por lo que nos agrada o nos desagrada, ni por nuestras opiniones y prejuicios de cómo deberían ser las cosas, por nuestras expectativas y proyecciones, se nos abren nuevas posibilidades y nos liberamos de la fuerza del hábito y la inconsciencia, nos tornamos más conscientes, con lo cual podemos responder de una manera que ya no es mecánica, sino con plena consciencia.


  J. Kabat Zinn define a la atención plena como “el arte de vivir de forma consciente”, se trata de una forma simple, práctica de estar más en contacto con la plenitud de nuestro ser por medio de un proceso sistemático de autoobservación, de autoindagación y de acción atenta, que se caracteriza por la amabilidad, la capacidad de apreciar, ser compasivo y por ser una fuente de nutrición, según el propio J.Kabat Zinn, dice que se la podría llamar “corazón pleno”.

 

  Cuando nuestras acciones no las llevamos de manera consciente, cuando actuamos llevados por impulsos y pensamientos que circulan incesantemente por nuestra mente, tenemos muy poco espacio para experimentar el silencio interno, para simplemente ser, sin estar yendo de un lado a otro, realizando cosas continuamente…quedando atrapados en esa corriente que acaba inundando nuestras vidas conduciéndonos a lugares donde quizá no deseábamos ir o a los que no sabíamos que llegaríamos, viviendo en constante estrés….

  Al meditar, aprendemos a salirnos de esa corriente, podemos compararla con un río y sentarnos en su orilla, y utilizar toda esa energía que desperdiciamos por aquel actuar errático, impulsivo, que nos domina, para que nos sirva de guía.

 

  Hay que tener en cuenta que la aceptación del momento presente, no quiere decir que hay que resignarse ante lo que está ocurriendo, sólo significa reconocer de forma clara "que lo que está sucediendo, esta sucediendo". La aceptación no nos indica qué hacer. Lo que hagamos a continuación, será lo que elijamos hacer y surgirá de nuestra comprensión del momento presente, aceptación es reconocer profundamente que "esto es lo que hay", lo acepto y luego desde mi discernimiento,mi comprensión del momento presente, decido qué hacer. Si en vez de aceptar, me resisto a la situación, agrego un sufrimiento añadido y pierdo gran cantidad de energía inúltilmente, que es lo que se suele hacer inconscientemente cuando la situación nos desagrada o no se ajusta a nuestras expectativas.

 

  La atención plena, si bien es simple, no es fácil, requiere un adiestramiento, una práctica, un esfuerzo al principio para cultivar esa capacidad de estar en el momento presente.

 

  Le preguntan a Nisargadatta Maharaj (libro “yo soy eso”):

 

-¿Cómo puedo solucionar un problema que está completamente por debajo del nivel de mi consciencia?

 

-Nisargadatta: Siendo tú mismo….observándote durante tu vida cotidiana con un interés despierto, con la intención de comprender más que de juzgar, aceptando plenamente lo que emerja, sea lo que sea, por el mero hecho de que ya está ahí; de este modo, fomentas que lo profundo emerja a la superficie y enriquezca tu vida y tu consciencia con sus energías hasta el momento cautivas.

Este es el gran trabajo de la consciencia: elimina obstáculos y libera energías por medio de la comprensión de la naturaleza de la vida y la mente. La inteligencia es la puerta de acceso a la libertad y la atención despierta es la madre de la inteligencia.

 

  Pregúntate ahora mismo:

 

¿Estoy despierto/a? ¿Dónde se encuentra mi mente en este preciso momento?

 

  Una manera simple de comenzar a practicar la atención plena es por medio de nuestra respiración. Intenta estar atento a la respiración cuando inhalas- cuando el aire entra en tu cuerpo - y estar atento a cuando exhalas-el aire que sale de tu cuerpo-, manteniendo la mente abierta, libre, en este instante, durante sólo esta respiración, suelta en este momento las ideas de querer llegar a alguna parte, o el deseo que suceda algo, deja que los pensamientos se deslicen mirándolos sin aferrarte a ellos, dejándolos pasar, sin pretender que no estén,....regresa de manera simple una y otra vez a la respiración cuando te des cuenta que la mente se ha distraído. Se trata de práctica, práctica, práctica. Luego puedes llevar esa atención a lo que estás haciendo en distintos momentos del día.  

                                                                                                       Namaste

 



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